El Ejecutivo aprobó ayer la segunda etapa de la reforma de las pensiones que había sido exigida por la Unión Europea, aunque con un retraso de casi tres meses y sin el respaldo de la patronal. El acuerdo fue sellado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, junto a los secretarios generales de los sindicatos CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, luego de que los órganos de dirección de ambas organizaciones lo respaldaran por unanimidad. Además, la Comisión Europea también dio su visto bueno.
Los firmantes calificaron este pacto como una reforma “histórica” y refutaron las afirmaciones de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que alegaba que la actualización de las pensiones perjudicaría la creación de empleo y la competitividad de las empresas.
El texto aprobado establece que entre 2024 y 2027 las prestaciones mínimas aumentarán alrededor del 22% de la nómina mínima contributiva para aquellos con cónyuge a cargo, que se incrementará de 966,20 euros a 1.178,50 euros al mes.
De acuerdo con los cálculos de la Seguridad Social presentados por el ministro Escrivá en la comisión del Pacto de Toledo, el subsidio mínimo contributivo con cónyuge a cargo debe alcanzar el 60% de la renta mediana de un hogar de dos adultos. Esto se traduciría en un pago anual de 16.500 euros en 14 pagas en el año 2027.
Conforme a este criterio, la pensión mínima no contributiva tendría que ser el 75% del umbral de la pobreza individual, lo que se traduciría en cerca de 8.300 euros anuales o unos 592 euros mensuales en 2027, en comparación con los 457,30 euros actuales.
El Gobierno destacó que los nuevos cambios aportarán ingresos por valor del 1% del PIB anual a las arcas del Estado durante la década de 2040.
El titular de Seguridad Social en el Pacto de Toledo explicó que las cotizaciones sociales por hora trabajada se elevarán 37 céntimos hasta 2050, llegando a los 6,37 euros.
En cuanto al período de cómputo, el ministro de Inclusión explicó que en 2038 se podrán excluir del cálculo los 24 peores meses de los últimos 29 años de carrera cotizados.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, destacó que esta reforma tiene una “importancia histórica” para su sindicato, ya que equilibra los gastos e ingresos y garantiza a los jóvenes “pensiones dignas”. Además, reprochó a la CEOE que no haya apoyado el acuerdo porque, en su opinión, “no hay argumentos que lo justifiquen”. En este sentido, les recordó que sus cotizaciones se han reducido en cuatro puntos desde 1982.
Por su parte, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, sostuvo que el modelo dual de cómputo de la pensión ofrece una “salida meritoria y manejable”
En conclusión, el Gobierno finalmente aprobó la segunda fase de la reforma de las pensiones, que había sido exigida por Bruselas y que había sido objeto de discusión durante varios meses. El acuerdo fue sellado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, después de que los órganos de dirección de ambos sindicatos lo respaldaran por unanimidad. Este acuerdo se considera una reforma “histórica” y se espera que traiga beneficios significativos para el sistema de pensiones y el bienestar de los ciudadanos. A pesar de la objeción de la patronal, el Gobierno resaltó que los nuevos cambios aportarán ingresos por valor del 1% del PIB anual en la década de 2040 a las arcas del Estado.