El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tocado la corneta este lunes en la sede del PSOE. Los socialistas han aprobado el comité electoral para hacer la guerra de cara a los comicios municipales y autonómicos del próximo 28 de mayo. El núcleo duro de Moncloa no tiene asiento en él, pero la dirección de gabinete de la presidencia que ostenta Óscar López, tendrá canales «obvios» de comunicación con Ferraz, según señalan fuentes socialistas.
Sánchez ha designado a 15 personas. Pero es el secretario de organización, Santos Cerdán, quien tiene más peso, ya que es el responsable de campaña. La coordinadora del comité de estrategia es la vicesecretaria general y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el de acción electoral, Javier Izquierdo y el de organización, Juan Francisco Serrano.
El resto de nombres son Andrea Fernández (Igualdad); Ione Antolín (Comunicación); Pilar Alegría (Portavocía); Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Candidaturas municipales); Guillermo Fernández Vara (Candidaturas autonómicas); Pilar Cancela (Campaña exterior); Idoia Mendía (Estudios y programas); María Márquez (Formación de candidatos); Ana María Fuentes (Administración y recursos); Víctor Camino (Campaña joven) y Llanos Castellanos (Apoyo candidatos).
Una gran convención municipal
El PSOE celebrará en abril una gran convención municipal que aún no tiene fecha ni lugar, pero que intentará impulsar a sus candidatos en pueblos y ciudades. El propio Sánchez les arropará, aunque el primer gran acto será este mismo sábado en Sevilla, la ciudad más importante que gobiernan los socialistas. El plan de Ferraz es dar a conocer al candidato, que compite por primera vez tras la salida de Juan Espadas para liderar el PSOE de Andalucía. Al acto de la capital andaluza le seguirán otros en Valladolid (21 de enero) y Las Palmas (27 de enero), donde concurrirá la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Lo cierto es que desde enero hasta el día que arranque la campaña electoral, el PSOE va a desplegar actos en casi todas las comunidades autónomas. Este año, no obstante, Ferraz ha decidido no convocar la gran convención autonómica en la que el partido, tradicionalmente, arropaba a los candidatos, plenamente alineados con Moncloa. Esta vez serán los territorios que lo pidan los que convoquen una convención propiamente regional. Y a la que Ferraz asistirá en todo lo que requieran: desde la presencia del presidente del Gobierno hasta la promoción de sus candidatos. La última se celebró en 2015. En 2019, el agitado escenario electoral, lo impidió.
Fuentes socialistas niegan que se trate de un cordón sanitario entre los barones y el presidente, cuya marca desgasta tras las concesiones del Gobierno a ERC con la reforma de la malversación y la eliminación del delito de sedición. En el PSOE, oficialmente, no creen que haya habido un gran efecto en las encuestas por esto por mucho que algunos sondeos este mismo lunes apuntaran una bajada del PSOE de un punto y una subida del PP de ocho décimas que afuanza a los de Alberto Núñez Feijóo como el partido con más opciones de ser el más votado.
La «patada» de los barones
Lo cierto es que los barones del PSOE están «dando la patada» al presidente del Gobierno. Ese es el sentir de destacados dirigentes del partido consultados por este diario. Pero lejos de cabrearse, entienden la situación: la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Cada territorio es un mundo y obedece a leyes electorales diferentes. Por eso, Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Juan Lobato (Madrid) y Luis Tudanca (Castilla y León) rompieron la semana pasada los grandes consensos políticos de Moncloa, conscientes de que le va el futuro en ello.
Sánchez, no obstante, se defiende de las críticas de los barones. En Ferraz no sentó bien la reforma ad hoc del código penal para rebajar las penas del delito de malversación. Un ‘hito’ de la Legislatura que, además, el Ejecutivo no incluyó en su informe ‘Cumpliendo’, el balance de final de año con las medidas impulsadas por el Gobierno con respecto al grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos en el acuerdo de coalición con Unidas Podemos y en el discurso de investidura del jefe del Gobierno. Y es que el presidente considera que su «realidad es más compleja». En Ferraz también aceptan que cada candidato tendrá que basar su agenda de anuncios políticos a la realidad de cada territorio.