alergia primaveral sintomas y tratamientos
alergia primaveral sintomas y tratamientos

Con la llegada de la primavera, los días se alargan, las temperaturas suben y la naturaleza florece. Sin embargo, esta estación también marca el inicio de uno de los periodos más complicados para quienes padecen alergias estacionales, especialmente aquellas provocadas por el polen. En ciudades y entornos rurales, los niveles de partículas en suspensión aumentan considerablemente, afectando a millones de personas que sufren rinitis alérgica, conjuntivitis o asma estacional.

Un problema de salud pública creciente

Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), más de 8 millones de personas en España padecen algún tipo de alergia relacionada con el polen, y la incidencia ha ido en aumento en los últimos años. Este fenómeno se ve agravado por el cambio climático, que ha modificado los ciclos de polinización y prolongado la duración de la exposición alérgica.

Entre los tipos de polen más frecuentes se encuentran los de gramíneas, olivo, ciprés y plátano de sombra. Su concentración varía según la zona geográfica, pero en primavera, casi todo el país experimenta un aumento notable.

Síntomas más comunes

Las manifestaciones alérgicas relacionadas con el polen pueden afectar a la calidad de vida diaria de manera significativa. Algunos de los síntomas más frecuentes son:

  • Congestión nasal y estornudos frecuentes
  • Picor en ojos, nariz y garganta
  • Lagrimeo y enrojecimiento ocular
  • Dificultad respiratoria y tos
  • Fatiga generalizada

En casos más graves, pueden producirse episodios de asma alérgico, una condición que requiere atención médica especializada.

Consejos para minimizar los efectos del polen

Para reducir la exposición al polen y mitigar los síntomas alérgicos, los expertos recomiendan una serie de medidas preventivas:

  1. Consultar los niveles de polen diariamente, disponibles en aplicaciones móviles y servicios meteorológicos especializados.
  2. Evitar salir al aire libre durante las primeras horas del día y al atardecer, cuando las concentraciones de polen suelen ser más altas.
  3. Mantener las ventanas cerradas en casa y en el coche, especialmente durante los días secos y ventosos.
  4. Usar gafas de sol y mascarilla en exteriores para reducir el contacto con los alérgenos.
  5. Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa, eliminando posibles restos de polen adheridos a la piel y a las prendas.
  6. Evitar tender la ropa en el exterior, ya que el polen puede impregnarse fácilmente en los tejidos.
  7. Consultar al alergólogo para valorar tratamientos preventivos como vacunas o antihistamínicos específicos.

Tratamientos y seguimiento médico

A pesar de que no existe una cura definitiva para las alergias estacionales, la medicina actual ofrece tratamientos eficaces que ayudan a controlar los síntomas. Los más habituales incluyen:

  • Antihistamínicos orales o tópicos
  • Corticoides nasales
  • Broncodilatadores para el asma
  • Inmunoterapia específica (vacunas antialérgicas)

Estos tratamientos deben estar siempre prescritos por un especialista, quien ajustará la dosis y el enfoque terapéutico según el perfil del paciente y el tipo de polen al que es sensible.

Un reto también en niños y mayores

Niños y personas mayores son especialmente vulnerables durante esta época del año. En los más pequeños, las alergias pueden confundirse con resfriados, mientras que en los mayores con patologías respiratorias previas, como EPOC, el impacto puede ser aún más grave. Por ello, es fundamental el seguimiento sanitario y la educación en prevención para estos colectivos.