Sofía Haserlbruger de Francisco recordará toda su vida el sábado 29 de enero. Fue el día en que, por fin, pudo volcar en el examen MIR el ingente esfuerzo realizado en los últimos siete meses para preparar la prueba de acceso a la formación de especialistas médicos. Obtuvo una nota final de 103,2911 puntos, lo que la sitúa como la número 1 del MIR en España, por delante de otros 12.000 aspirantes.
Desde Lalín, Sofía explica que detrás de su éxito “no hay ningún secreto”. “Me sirvió la base que llevaba de la carrera, con muy buenas notas. Hubo preguntas en el examen que no tenía preparadas y las sabía de haberlas visto en clase”, recuerda. Además, fue clave la preparación específica con una academia de Oviedo. Siete meses de trabajo “muy duros, mentalizada de que tienes una fin y una meta al alcance”. “Es un ejercicio de constancia y concentración, sin distracciones con el móvil”, resume.
La rutina diaria, de lunes a viernes, pasaba por siete horas de estudio frente a libros y manuales, además de otras tres horas de clase con un profesor y una hora dedicada a repaso mediante test. Los sábados, Sofía se enfrentaba a un simulacro de cuatro horas y una corrección posterior del mismo tiempo de duración. A partir de ahí, descanso hasta el lunes. “Hacer ese paréntesis los domingos para estar con mi familia y con mi pareja fue muy importante para poder comenzar la semana con ganas”, confiesa.
Ahora, la flamante número 1 del MIR podrá escoger destino entre las 8.818 plazas ofertadas en hospitales de toda España. Realizará la especialidad de Dermatología y, a medio plazo, su objetivo es ejercer la práctica clínica y embarcarse en algún proyecto de investigación. En un horizonte más lejano, el sueño de Sofía no finaliza ahí. Le gustaría dedicarse también a la docencia universitaria. De momento, hasta que no decida plaza en abril, toca disfrutar de unas más que merecidas vacaciones.