El virus del Nilo, que ya se ha cobrado su segunda víctima mortal en Sevilla, podría afectar a toda España, según el experto en Enfermedades Infecciosas y medicina tropical y Co-director del Máster de Bioética online de UNIR, Pablo Barreiro. La fiebre, cada vez más presente, “pasa desapercibida con mucha facilidad”, pero «de los casos diagnosticados con síntomas, la mitad ya podría tener como complicación una inflamación cerebral o encefalitis».
En una entrevista con Europa Press, el médico ha explicado en qué consiste este síndrome febril. «En la mayoría de los casos los principales síntomas son de un cuadro gripal, dolores musculares, fiebre, dolor de cabeza… e incluso se puede ser asintomático». De hecho, «solo entre el 2 y el 5 por ciento de los casos presenta síntomas. Es una enfermedad que pasa desapercibida con mucha facilidad», ha aclarado el médico.
Sin embargo, las complicaciones de esta afección pueden derivar en situaciones más severas. «De los casos diagnosticados con síntomas, la mitad ya podría tener como complicación una inflamación cerebral o encefalitis», según las palabras de Barreiro. Éstos serían, de hecho, los casos de ingresos que se han dado en Sevilla.
Esta mayor incidencia en la capital andaluza se explica, según el especialista, porque «probablemente las aves autóctonas ya estén infectadas por el virus y haya un reservorio animal estable. Además, cuanto más cálida y húmeda es la zona, más sobrevive el mosquito». A este respecto, el experto ha informado de que los lugares más comunes de proliferación del insecto son zonas naturales, piscinas rurales o marismas.
Esta fiebre, como ha explicado el médico, presenta más riesgos para personas de más edad o con enfermedades crónicas como diabetes, cáncer o aquellas que requieren medicación inmunodepresora.
En el caso de los más pequeños, las complicaciones más duras pueden llegar a derivar en una meningitis, según el experto.
Combatir la afección
Esta enfermedad transmitida por la picadura del mosquito ‘Culex’, llegaba a nuestro país en el 2004 presentando casos principalmente entre caballos. La transmisión entre humanos, según Barreiro, «se produce por transfusión sanguínea».
Teniendo como punto de referencia los casos en EEUU, el especialista considera que el virus podría extenderse por toda la península, «sobre todo en los meses más cálidos».
Para combatir esta afección, el co-director del Máster de Bioética de UNIR ha dejado claro que lo mejor es la prevención. «Este virus es de la familia de la Fiebre Amarilla, para la que ya hay vacuna, por lo que sería posible idear una vacuna teniendo ya este precedente».
Otro método de prevención se basaría simplemente en evitar las picaduras de mosquito con el uso de repelentes cada 6 u 8 horas. «Los más recomendables son los que llevan una concentración en torno al 45% de DEET». Según ha explicado el médico, «este repelente se evapora desde la piel, creando una protección que paraliza el vuelo del mosquito cuando se acerca».