Los fallecidos por los devastadores terremotos del lunes llegan ya a los 9.200, de los cuales 7.108 se registran en Turquía y 2.092 en Siria. Además hay más de 42.000 heridos y muchos de los servicios básicos en la región están destruidos.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el último recuento oficial sitúa la cifra de heridos en más de 38.200. Los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8.000 personas con vida de los casi 6.000 edificios destruidos.
Los equipos de socorro se esfuerzan por acelerar los trabajos para salvar a quienes permanecen bajo los escombros con temperaturas gélidas de hasta -6 grados y con las infraestructuras básicas muy dañadas.
En las últimas horas se han producido varios rescates de personas que llevaban mas de 50 horas sepultadas por los cascotes mientras que los equipos especializados excavan en una búsqueda cada vez más desesperada.
En numerosas zonas afectadas en Turquía los vecinos critican que no ha llegado ayuda alguna, las familias no pueden volver a sus viviendas incluso cuando siguen en pie por el temor a derrumbes y servicios como el agua, la electricidad y la calefacción han dejado de funcionar en pleno invierno.
Aunque decenas de países han prometido ayuda a Turquía y muchos equipos se encuentran ya en el terreno, el desafío es rescatar a los atrapados bajo los escombros lo antes posible porque el frío reduce sus posibilidades de supervivencia.
Más de 2.000 fallecidos sólo en Siria
En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace doce años, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición.
El último recuento eleva a 2.092 personas muertas y otras 4.000 las heridas, mientras cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros.
Las áreas de las provincias noroccidentales de Idlib y Alepo, en manos de la oposición y fronterizas con Turquía, concentran el mayor número de víctimas, con 1.280 fallecidos y más de 2.600 heridos, según el grupo de rescatistas Cascos Blancos.
Los socorristas han alertado de que «cientos de familias» continúan atrapadas bajo los restos de edificios derrumbados, por lo que se prevé que el balance siga aumentando.
Por su parte, la agencia oficial de noticias siria SANA situó ayer la última cifra de fallecidos en 812 y la de heridos en 1.449 para las áreas bajo el control del Gobierno de Bachar al Asad, que no ha actualizado su balance general en 24 horas.
Siete días para rescatar supervivientes
Según un representante de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, la primera que actúa en casos de desastre, sólo hay una ventana de siete días para rescatar a las personas que han quedado sepultadas bajo los escombros.
Esta estimación es resultado de innumerables operaciones de rescate en el mundo, aunque siempre puede haber excepciones y que las víctimas soporten un poco más de tiempo, tal y como ha comentado el portavoz de esa entidad, Jens Laerke, al hacer un primer balance del coste humano de la tragedia.
Para rescatar a las víctimas, la ONU ha movilizado sendos equipos de evaluación de desastres, así como de búsqueda y rescate, compuestos por los mejores especialistas del mundo en estas tareas, los que están viajando a Turquía.
«El gran reto ahora mismo es el acceso por tierra (de este personal y sus equipos) ya que muchas carreteras de la región han quedado destruidas por los terremotos», ha señalado Laerke.
Otra dificultad es la falta de vehículos para transportar a los expertos internacionales, ante lo cual las autoridades locales están movilizando camiones desde otras provincias de Turquía.