grecia santorini
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La isla de Santorini enfrenta una intensa actividad sísmica con más de 600 terremotos en diez días, lo que ha provocado la evacuación de miles de personas y medidas de emergencia por parte del Gobierno griego.

Evacuaciones masivas por el temor a nuevos seísmos

La isla griega de Santorini, uno de los destinos turísticos más populares del país, ha vivido una semana de incertidumbre tras registrar una serie de terremotos continuos, algunos de ellos de hasta 4,8 grados en la escala de Richter. Desde el 24 de enero, se han contabilizado más de 600 movimientos sísmicos, lo que ha provocado la evacuación de unas 9.000 personas entre turistas y residentes.

La mayoría de los evacuados han optado por salir de la isla en ferris y aviones completamente llenos rumbo a Atenas y otras ciudades griegas. En los accesos al puerto y aeropuerto de Santorini, la gran afluencia de personas ha generado largas colas y atascos, reflejando la preocupación de la población por la posibilidad de un gran terremoto.

Cierre de escuelas y despliegue de equipos de emergencia

Ante la magnitud del fenómeno, el Gobierno griego ha tomado medidas preventivas, como el cierre de todas las escuelas en Santorini y en otras islas cercanas, como Amorgos, Ios y Ánafe. Además, se han suspendido las clases en otras nueve islas del archipiélago de las Cícladas, donde también se han sentido los temblores.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha pedido a la población «mantener la calma», asegurando que los expertos están evaluando constantemente la evolución de la actividad sísmica. En paralelo, se ha desplegado un equipo especial de bomberos y geólogos en Santorini para supervisar posibles deslizamientos de tierra en las zonas más afectadas.

¿Es una señal de actividad volcánica?

Santorini es una isla de origen volcánico, lo que ha generado especulación sobre si estos sismos podrían estar relacionados con la actividad del volcán submarino Kolumbo, ubicado cerca de la isla. No obstante, los científicos han descartado esta teoría y han señalado que los temblores se deben a la actividad de cinco fallas submarinas, algunas de las cuales tienen el potencial de generar terremotos de hasta 7,3 grados.

El profesor de Gestión de Desastres Naturales, Efthimis Lekkas, ha explicado que la situación actual responde a un «enjambre sísmico», es decir, una sucesión de pequeños terremotos sin un temblor principal definido. Sin embargo, ha advertido que la frecuencia de los sismos ha aumentado en los últimos días y que este fenómeno podría prolongarse durante semanas.

Precedentes históricos: el terremoto de 1956

Los expertos han recordado que en 1956 se produjo un terremoto de 7,3 grados en la isla de Amorgos, a pocos kilómetros de Santorini, que generó un tsunami de 30 metros y dejó 53 víctimas mortales. Aunque el actual enjambre sísmico no ha alcanzado magnitudes tan elevadas, las autoridades han pedido a la población estar alerta ante cualquier variación en la actividad geológica.

Impacto en la economía y el turismo

La crisis sísmica ha afectado gravemente a la industria turística de Santorini, que cada año recibe a más de tres millones de visitantes. Aunque todavía no se han reportado daños en infraestructuras, el miedo ha llevado a muchos turistas a cancelar reservas y adelantar su salida de la isla.

Empresarios del sector turístico han expresado su preocupación por la incertidumbre que rodea la actividad sísmica, ya que un posible terremoto de mayor magnitud podría tener consecuencias devastadoras tanto en términos humanos como económicos.

Recomendaciones y monitoreo constante

Las autoridades han recomendado a la población y a los visitantes que:

  • Se mantengan informados a través de fuentes oficiales.
  • Eviten zonas de acantilados o áreas propensas a deslizamientos.
  • Tengan preparados planes de evacuación en caso de emergencia.

Mientras tanto, los equipos de sismología continúan monitoreando la evolución de los movimientos telúricos y esperan que en los próximos días se pueda determinar si la actividad sísmica disminuirá o si se mantendrá durante más tiempo.

El Gobierno griego ha insistido en que la seguridad de los ciudadanos es la prioridad, y que, aunque no se puede predecir con certeza la evolución del fenómeno, se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la estabilidad y minimizar los riesgos.