Uno de los platos de cuchara más reconfortantes y fáciles de hacer es el potaje de garbanzos. Entre sus muchas posibilidades, hay uno que resulta especialmente típico en Semana Santa. La tradición de comer el llamado potaje de vigilia en días señalados del año viene de lejos. Este guiso se empezó a servir los viernes de Cuaresma cuando comer carne estaba prohibido según los preceptos religiosos.
Al no poder comer carne, el mejor sustituto era el pescado y donde no llegaba el pescado fresco llegaba en salazón. De esta manera, al guiso de garbanzos se le añadía bacalao desalado junto con las verduras que daba el campo en la época en la que se guisaba, unas espinacas o unas acelgas.
El potaje que hoy os traemos tiene una buena base de sofrito, que ha sido muy reducido para concentrar todo el sabor de las hortalizas. Hemos usado garbanzos cocidos para tenerlo listo en poco tiempo, si usáis garbanzos secos tendréis que dejarlos en remojo desde la noche anterior y cocer los garbanzos antes de añadirlos al sofrito. También hemos usado bacalao al punto de sal para acelerar el trabajo. Si usáis bacalao en salazón tendréis que empezar a desalar el bacalao al menos 24 horas antes de hacer el potaje.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 10 minutos
- Tiempo de cocinado: 40 minutos
- Tiempo total: 50 minutos
- Raciones: 4
- Categoría: plato principal
- Tipo de cocina: española
- Calorías por ración (kcal): 420
Ingredientes del potaje de vigilia para 4 personas
- 2 huevos
- 20 ml de aceite de oliva
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde
- 2 tomates maduros
- Sal
- 400 g de garbanzos cocidos
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 750 ml de agua
- 150 g de espinacas
- 300 g de bacalao desalado
Cómo hacer potaje de vigilia
Comenzamos cociendo 2 huevos en abundante agua hirviendo durante 10 minutos. Si os gusta la yema más cremosa, podéis cocerlos durante 8 minutos. Una vez cocidos, los enfriamos con agua fría y los reservamos.
Ponemos en una cazuela 20 ml de aceite de oliva y pochamos a fuego medio 2 dientes de ajo y 1 cebolla picada.
Cuando la cebolla comience a estar transparente, añadimos 1 pimiento verde picado en trozos muy pequeños, de igual tamaño que la cebolla. Pochamos el pimento junto con los ajos y la cebolla a fuego medio durante unos 5 minutos.
Añadimos a la cazuela 2 tomates maduros rallados, ponemos sal al gusto y cocinamos el sofrito durante 15 minutos a fuego lento, hasta que el agua que desprende el tomate se haya evaporado y el sofrito quede concentrado.
Ponemos en la cazuela 400 g de garbanzos cocidos, previamente lavados. Añadimos también 1 cucharadita de pimentón dulce.
Mezclamos todos los ingredientes de la cazuela y vertemos 750 ml de agua. Dejamos cocer el conjunto a fuego lento durante unos 10 minutos.
Añadimos 150 g de espinacas frescas. Las espinacas perderán su volumen tan pronto como entren en contacto con el calor, así que si no os caben todas en una sola vez, se pueden ir añadiendo poco a poco.
Quitamos la piel de unos 300 g de bacalao ya desalado y lo cortamos en tacos del mismo tamaño.
Por último, añadimos el bacalao al guiso, tapamos la cazuela y cocinamos todos los ingredientes juntos durante 10 minutos más a fuego lento.
Pasado el tiempo de cocción, servimos el potaje caliente con los huevos cocidos cortados en cuartos.
Resumen fácil de preparación
- Cocemos los huevos
- Hacemos un sofrito con los ajos y la cebolla
- Añadimos el pimiento verde
- Añadimos el tomate y dejamos reducir el sofrito
- Añadimos los garbanzos y el pimentón
- Vertemos el agua y cocinamos el potaje
- Añadimos las espinacas
- Eliminamos la piel del bacalao y lo cortamos
- Añadimos el bacalao
- Servimos el potaje de vigilia con los huevos cocidos