Pipas de calabaza: nutritivas y versátiles

semillas y calabazas
semillas y calabazas

La calabaza es un vegetal que pertenece a la familia de las cucurbitáceas del que se aprovecha absolutamente todo. Su semilla, una vez secada se convierte en pipa de calabaza y suele estar rodeada de una cáscara blanca, dura y adherente. En su interior se aloja una joya nutricional plana, ovalada, crujiente, ligeramente dulzonas y de color verde oscuro debido a la clorofila. Suelen consumirse crudas, secas, tostadas y son portadoras de numerosas propiedades para nuestro organismo, razón por la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su ingesta.

Existen gran variedad de calabazas con colores, pesos, tamaños y formas diferentes. Su pulpa, generalmente amarilla o naranja, está repleta de semillas en su parte central; también varía el tiempo que duran desde la recolección, y unas son más adecuadas que otras para según que usos.

Origen

Gracias a textos de la antigüedad se deduce lo arraigado que estaba el cultivo de la calabaza entre los hebreos de la época de Moisés, así como en China y Egipto, antes de la era cristiana. Por otra parte, entre los restos de tumbas incas precolombinas se han encontrado calabazas. 

Por otra parte, algunos historiadores apuntan que los primeros en observarlas fueron los Menomini, una tribu nativa norteamericana asentada en Wisconsin y Michigan. Los aborígenes Menomini centraban su alimentación en la caza y el cultivo de diferentes verduras y hortalizas, entre las que destacaba citado manjar anaranjado. Todo esto sucedió mucho antes de que los primeros exploradores las trajesen desde el Nuevo Mundo. Recordemos que la calabaza fue una de las primeras hortalizas traídas de América y cuyas semillas se han utilizado durante mucho tiempo en la medicina popular por sus muchas propiedades vermífugas. Fue en el siglo XV cuando empezaron a cultivarse en Europa.

Propiedades nutricionales

Éstas son plantas trepadoras o rastreras que requieren sol y calor, y que necesitan mucha agua. Se suelen cultivar como plantas anuales en toda la zona templada y cálida del planeta. Gracias a la gran variedad de calabazas que existe, se encuentran disponibles en el mercado durante todo el año. Las variedades de verano se comen tiernas, mientras que las que son recolectadas en otoño se suelen conservar para su consumo durante la temporada de invierno.

Las pipas de calabaza presentan una composición nutricional excepcional por lo que son un alimento muy nutritivo. «Aportan proteínas, grasas saludables, compuestos antioxidantes, vitaminas y minerales. Asimismo, poseen en torno a un 30% de proteínas, con el consecuente beneficio que éstas tienen en el desarrollo y mantenimiento de los músculos y del esqueleto», según apunta un informe difundido por la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Casi el 50% son grasas insaturadas como los ácidos grasos linoleico y oleico. Además, fuente de vitamina E, que contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. También, contienen otras vitaminas como la vitamina B1 y B3, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso. «Respecto a los minerales se incluyen el selenio, hierro, zinc y potasio y son una excelente fuente de magnesio que ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. También el fósforo contribuye al mantenimiento de los huesos, entre otros beneficios», apunta el documento de la FEN.

Valor Nutricional (100 g)

Hay 446 calorías en 100 gramos de semillas de calabaza, el 22% del total diario que necesitas. Contienen 19,40 gramos de grasa y 0 mg de colesterol. Además, aportan 18,55 gramos de proteína, 19,40 gramos de grasa, 53,8 gramos de carbohidratos, y 18,4 gramos de fibra. También hay minerales presentes, como Potasio (919 mg), Magnesio (262 mg) o Fósforo (92 mg) pero no Flúor o Selenio. Entre las vitaminas destacan la vitamina A (62 UI), Vitamina B-9 (9 mg) o Vitamina B-3 (0,3 mg).

Semillas de Calabaza 

¿Cómo utilizarlas en la cocina?

Se pueden emplear para añadirlas en ensaladas, sopas, vinagretas, salsas, platos de pasta, panes, galletas, bizcochos… Poseen un sabor suave y aportan crujiente a las recetas.

En el Restaurante Arzak se utilizan para rebozar lo mismo carabineros que foie. Algunos de sus platos más conocidos elaborados con estas semillas son el de carabineros con relieve de pistacho, almendras y pipas verdes al aroma de limonero o una sabrosa propuesta de pan cocido y crema de cachelos con foie gras caramelizado y puré de habas a la menta. En casa, según la aplicación que les quieras dar, se aderezarán con unos u otros ingredientes. Disponiendo de las pipas de calabaza ya limpias, se pueden aderezar con mantequilla, sal, pimienta y las especias que tengas en la despensa. Se introducen en el horno a una temperatura aproximada de 175º C durante alrededor de 45 minutos. Una vez doradas, estarían listas para su consumo.

Otro de sus usos es el aceite que se extrae de estas semillas planas, perfecto para ayudar a combatir dolencias relacionadas con la próstata o el sistema urinario del hombre. Su consumo terapéutico suele ser en formato encapsulado; cada píldora contiene gran concentración de zinc, mineral que supuestamente favorece a la disminución de la próstata. Este aceite se elabora exclusivamente con una variedad específica de calabaza, la Cucúrbita Pepo L. var. Styriaca (calabaza de Estiria). Lo que diferencia a esta calabaza del resto es que sólo se utilizan las semillas, son más grandes, voluminosas y contienen mucho jugo, mientras que su pulpa es incomestible, razón por la que esta parte se emplea para enriquecer las tierras a modo de abono ecológico.

Tras un proceso natural de exprimido, se obtiene como resultado un aceite único, con un sabor intenso, un llamativo color verde oscuro y unas propiedades organolépticas muy características; sabor tostado semidulce, con matices de nueces y pipas de calabaza, es muy agradable y suave y, a diferencia del aceite de oliva, no deja sensación de picor en la garganta. Debes de tener en cuenta que este tipo de aceite sólo se usa en crudo, no es adecuado para freír o asar, pues no puede superar nunca los 120º, ya que perdería muchas de sus propiedades naturales. 

Los productores de aceite de semilla de calabaza, recomiendan usarlo en tostadas para el desayuno, como aliño en ensaladas, sustituyendo al aceite de oliva en sopas frías como el gazpacho o el salmorejo, también puede usarse para hacer mayonesa o como complemento en arroces y pastas.