Los términos pescado azul y pescado blanco son comunes. Sin embargo, pese a que estas expresiones se utilizan con frecuencia, las características y las diferencia entre ambos tipos de pescado siguen siendo una incógnita para muchos consumidores. ¿Por qué se usa esta clasificación? ¿Qué beneficios tiene cada uno y en qué se diferencian? Si quieres descubrirlo todo acerca del pescado blanco y azul, quédate con nosotros.
Características del pescado azul
El pescado azul, también denominado pescado graso, es todo aquel que tiene una cantidad de grasa entre los músculos superior al 5%. La concentración puede alcanzar hasta el 15% en algunos casos. Debido a esto, las tonalidades exteriores de este tipo de pescado son azuladas. Las especies englobadas en esta categoría viven en aguas superficiales, de poca profundidad, también conocidas como piélago. Con todo, para encontrarlos es necesario navegar mar adentro, muy lejos de la costa.
Algunos de ellos incluso realizan migraciones, un proceso fundamental en su desarrollo, precisando una mayor potencia de nado. De hecho, una de sus características más llamativas es que son animales poco sedentarios, con un metabolismo muy acelerado. Por eso, necesitan acumular más energía en forma de grasas. Identificar al pescado azul es muy sencillo. Además de sus tonalidades exteriores, tienen una cola parecida a un arco. La forma de su aleta caudal les permite moverse con mayor rapidez.
Los valores nutricionales del pescado azul
El consumo de pescados azules es muy recomendable. El alto contenido en grasas no es, en este caso, un problema, pues no son saturadas. Son una fuente de Omega 3, un elemento ideal para controlar los niveles de colesterol. Ayudan a reducir el riesgo de infartos y otros problemas cardíacos. De igual manera, son muy beneficiosos para el sistema circulatorio. Otros de sus componentes son las proteínas y algunos minerales, como el fósforo, el magnesio y el hierro.
Algunos de los pescados azules que puedes encontrar de forma habitual son el boquerón, el arenque, el atún o el bonito. También lo son el pez espada, el salmón, la trucha, la sardina y la lubina.
Características del pescado blanco
El pescado blanco, conocido también como pescado magro, engloba todas las especies que, por norma general, tienen menos del 5% de grasas. Estas se acumulan alrededor del hígado y no entre los músculos. Las especies de pescado blanco son más sedentarias, habitando en las zonas más profundas del mar. Esto les permite obtener el alimento necesario sin tantos esfuerzos y sin necesidad de acumular tanta energía.
Para diferenciarlos de los pescados azules, tan solo es necesario mirar su cola. Se trata de una aleta caudal con forma redondeada o recta en su extremo. También destacan por tener una carne más blanca y poco aceite en sus tejidos.
Valores nutricionales del pescado blanco
Como el aporte de grasas es menor, los pescados blancos tiene menos calorías y es más fácil de digerir. Son ricos en proteínas y en sales minerales. También destacan por su gran aporte de vitaminas del grupo B. Entre ellas destaca la vitamina B12, una de las más necesarias y que solo se encuentra en alimentos de origen animal. Por último, algunas especies de pescado blanco contribuyen a prevenir otras alteraciones en el organismo gracias al yodo.
Algunos de los pescados blancos que es frecuente consumir son la merluza, el bacalao, el gallo, el lenguado o el cabracho. De igual manera, entran en esta categoría la pescadilla, el rape o el rodaballo. Si hablamos de bacalao en salazón, se clasifica como pescado azul debido a que este proceso de conservación aumenta la concentración de grasas.
Las principales diferencias entre el pescado azul y el pescado blanco
El repaso de las características de cada tipo de pescado ha dejado al descubierto algunas de sus diferencias. Seguidamente te las enumeramos una a una.
Concentración de grasa
Es sin duda la diferencia más acusada. De hecho, es el criterio principal para situar cada especie en uno de los dos grupos. El pescado azul tiene más de un 5% de grasa, situada principalmente entre los músculos. Por su parte, el pescado blanco no es capaz de superar esos niveles, quedando en algunos casos muy por debajo, con concentraciones de menos del 1%. Además, esta se sitúa en el hígado. Eso sí, en ambos casos las grasas que aportan a nuestro organismo son beneficiosas y, en su mayoría, insaturadas.
Valores nutricionales
El caso de los pescados grasos o azules, ofrecen un aporte mayor en potasio, calcio, fósforo, vitaminas D, E y A y Omega 3. Todos estos valores provienen de su elevado contenido en grasas saludables. Son un alimento muy recomendado para prevenir dolencias cardíacas. Por su parte, los pescados magros o blancos destacan por su buena relación entre proteínas y calorías. Asimismo, son perfectos para obtener vitaminas del grupo B. No debemos pasar por algo que, pese a sus diferencias, ambos tipos de pescado aportan todo tipo de vitaminas, grasas y proteínas de calidad. Esto sitúa al pescado azul y al pescado blanco como alimentos verdaderamente saludables.
Hábitat natural
El lugar donde habitan también es un hecho diferencial que merece la pena destacar. De hecho, es uno de los aspectos que influyen en el resto de las diferencias. Los pescados azules se sitúan en las zonas más altas y superficiales, tienen un metabolismo acelerado y deben viajar grandes distancias para alimentarse. Esto se traduce en una necesidad imperiosa de almacenar energía en forma de grasa. Por otro lado, las especies de pescado blanco nadan cerca del fondo del mar donde es muy fácil encontrar alimento. Por eso, realizan menos movimientos, no necesitan tanta energía y, como consecuencia, almacenan menos grasas.
Aspecto exterior e interior
Por último, ambos tipos de pescado puede diferenciarse por su aspecto físico. El pescado graso luce tonalidades azuladas en su exterior, cosa que no sucede en el caso del pescado blanco. Asimismo, su cola trasera tiene una forma muy distinta en ambos casos, siendo una de las mejores maneras de diferenciar un tipo del otro. Es tan sencillo como buscar una cola con forma de C, arqueada y con extremos afilados para confirmar que se trata de un pescado azul. En el caso del pescado blanco, su aleta caudal siempre tendrá una silueta redondeada, recta en su extremo, de borde suave y sin puntas. En el interior, la carne del pescado azul se presenta en todo tipo de colores. Por el contrario, la de los pescados magros siempre es blanca.