Banco de Alimentos lanza la voz de alarma. Cada vez hay más personas que piden ayuda para comer y las donaciones están bajando. En algunas comunidades, han tenido que reducir las raciones que entregan. La situación preocupa a los bancos de alimentos porque cada vez más familias se encuentran en una situación límite.
España tiene cerca de un millón y medio de personas en situación de pobreza. Con la inflación y la crisis, cada vez son más las personas que dependen de los bancos de alimentos para poder comer. «Cerramos 2021 facilitando comida diaria a 180.000 personas y el cierre de marzo ha sido de 187.000 personas», explican. Entre la pandemia y la crisis cada vez se unen más familias: «Tenemos unos 560 centros que vienen a pedir y que cada día se van añadiendo nuevos».
Al aumento de la demanda, se le suma la falta de donaciones. Aseguran que están un «poquito escasos» porque las donaciones han caído un 50%. Lo que más escasea es la leche y el aceite. Ya en los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) se puede observar una subida interanual del 8,4% en el Índice de Precios de Consumo (IPC) en el mes de abril. En concreto, se ha producido un aumento de dos dígitos en los precios de los aceites y grasas, la leche y huevos (ambos con una subida del 11% con respecto al año anterior) y el pescado fresco y congelado junto a la carne de ovino (también ambas categorías con un 10,1 %).
«Hay muchísima gente que ha cruzado al otro lado, que a lo mejor estaban ayudando y ahora están recibiendo ayuda», aseveran desde el Banco de Alimentos. En la anterior campaña, la iniciativa recaudó más de 5,5 millones de euros entre los años 2020 y 2021, marcados por un aumento en la demanda de ayuda alimentaria del 50% debido a la pandemia.