La guerra en Ucrania, la elevada inflación y la huelga de transportistas en España han generado una tormenta perfecta que está golpeando a las exportaciones españolas. Las empresas manufactureras están viendo caer sus pedidos al mayor ritmo desde mayo de 2020, cuando la producción estuvo lastrada por el Estado de Alarma y el confinamiento total de la población en España y en el mundo.
El índice PMI (Purchasing Managers’ Index) del sector manufacturero, elaborado por IHS Markit, destaca que en el mes de marzo «la inestabilidad e incertidumbre causadas por la guerra en Ucrania han servido para exacerbar las presiones inflacionistas y las tensiones en las cadenas de suministro, ya de por sí arraigadas, hechos que han conllevado a una caída de las carteras de pedidos por primera vez en 14 meses y a un nuevo aumento en las presiones de los costes».
Las carteras de nuevos pedidos no caían desde enero de 2021 y los de las exportaciones han caído al ritmo más fuerte desde mayo de 2020, según la consultora. Como consecuencia, «el crecimiento de la producción también se ha desplomado notablemente, alcanzando su nivel más bajo en los últimos 14 meses«.
En este sentido, la confianza de los empresarios en el futuro también se situó en marzo en el nivel más bajo desde mayo de 2020, el punto álgido de la pandemia. Las fábricas españolas han señalado que «se están preparando para el periodo desafiante que se avecina». Estas inquietudes también se han observado en la contratación de personal: si bien el crecimiento del empleo se mantuvo en marzo, fue modesto y se produjo al ritmo más débil en trece meses de expansión.
Los precios continúan su escalada
Además, las presiones de precios se han vuelto a intensificar por la guerra. «Debido a la escasez generalizada de productos, además de nuevas menciones de precios más altos de la energía, los precios medios de los insumos subieron a la tasa más pronunciada desde noviembre del año pasado. Las empresas tampoco tuvieron otra opción que aumentar sustancialmente sus tarifas: los últimos datos indicaron otro incremento casi récord en marzo», refleja IHS Markit en su informe.
Paul Smith, economista de IHS Markit, destaca que «como era de esperar, la producción siguió viéndose obstaculizada por los graves retrasos en las entregas, lo que refleja no solo los desafíos en las cadenas de suministro mundiales por la guerra en Ucrania, sino también la huelga del transporte nacional a medida que aumentaban las protestas en España por el alto precio del combustible».
En general, los plazos medios de entrega se deterioraron al segundo ritmo más pronunciado en la historia del estudio. De hecho, debido al nivel inesperadamente bajo de ventas en marzo, los stocks de productos terminados aumentaron ligeramente por segunda vez en los últimos tres meses, según la consultora.