El olivar ha aumentado en más de 250.000 hectáreas entre 2010 y 2024, mientras la polémica por las expropiaciones en Jaén distorsiona la percepción social sobre su supuesta desaparición.
Aumento constante del olivar desde 2010
Los datos del Ministerio de Agricultura muestran una tendencia clara de crecimiento en la superficie dedicada al cultivo del olivo en España. En 2010, la superficie olivar era de 2.572.793 hectáreas, mientras que en 2024 ha alcanzado las 2.827.147 hectáreas, lo que supone un incremento del 9,89 % en los últimos 14 años. Esta evolución supone un aumento de 254.354 hectáreas, con una especial concentración en Andalucía, que alberga más del 60 % de los olivares del país.
El año 2023 cerró con 2.788.084 hectáreas, lo que implica que en el último ejercicio se ha producido un aumento del 1,4 %. Estos datos contrastan con la percepción extendida en parte de la opinión pública sobre una supuesta pérdida de superficie agrícola por la expansión de instalaciones fotovoltaicas.
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La polémica de las expropiaciones en Jaén
Una de las causas del malentendido ha sido la información difundida sobre proyectos de plantas solares en la provincia de Jaén. En este contexto, se ha llegado a hablar de la expropiación de 100.000 olivos, cifra ampliamente difundida en redes sociales y plataformas críticas con la instalación de estas infraestructuras.
Sin embargo, los datos oficiales indican que el número de olivos afectados es de 35.932 ejemplares, cifra muy inferior a la difundida. Además, la superficie total de terreno expropiado asciende a 554 hectáreas, por debajo de las 895 que algunas asociaciones contrarias al proyecto afirmaban.
La empresa responsable del proyecto ha confirmado que el número de árboles no superará esa cifra y que se está actuando dentro del marco legal, con pagos de justiprecio y procesos administrativos reglados.
Debate sobre propiedad, uso del suelo y modelo energético
Más allá de las cifras, el debate social gira en torno a la legitimidad de expropiar tierras privadas para instalar plantas de energías renovables, una cuestión que trasciende el impacto numérico en la agricultura. Muchos propietarios defienden su derecho a decidir sobre sus tierras, independientemente del uso alternativo que se les quiera dar, por beneficiosos que sean desde el punto de vista energético o medioambiental.
Este contexto ha alimentado un discurso crítico hacia la “coherencia ecológica” de estos proyectos, cuestionando que se sacrifiquen árboles y vegetación en nombre de una transición energética que, paradójicamente, también se presenta como verde.
El olivar, lejos de retroceder
Pese a esta polémica puntual, los datos globales muestran que la superficie olivar en España sigue creciendo, lo que desmonta el relato de una supuesta desaparición del sector. Ni hay una tala masiva de olivos, ni se está perdiendo superficie cultivada a nivel nacional. De hecho, nunca antes hubo tantas hectáreas dedicadas al olivo como en la actualidad.
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