Durante el histórico apagón eléctrico que paralizó toda España, la localidad ciudadrealeña de Brazatortas demostró el valor de la solidaridad. En un acto espontáneo y profundamente humano, vecinos del municipio, junto al propio alcalde, Pablo Toledano, acudieron en auxilio de los pasajeros varados en un tren de la compañía Ouigo que había quedado detenido en su término municipal.
Una pasajera afectada, que viajaba desde Oviedo con destino Sevilla, nos ha contado su experiencia y ha querido expresar su inmenso agradecimiento al pueblo de Brazatortas. Más de 24 horas después de salir de Oviedo, esta viajera todavía se encontraba en Córdoba, esperando que habilitaran un tren para poder reanudar su trayecto.
La historia, que se ha hecho viral en redes sociales, refleja cómo los vecinos, ante la falta de respuesta inmediata, rompieron una valla para acceder hasta el convoy. Gracias a este gesto, pudieron entregar a los pasajeros agua, alimentos y snacks, mitigando la angustia provocada por largas horas de espera en medio de la incertidumbre.
Una respuesta ejemplar en momentos críticos
Según relataba esta pasajera, el gesto de los habitantes de Brazatortas y de su alcalde no solo fue práctico, sino que tuvo un gran valor emocional: «Nos devolvieron la esperanza. No estábamos olvidados», decía emocionada. La ayuda consistió en la entrega de bebidas, bocadillos y otros víveres básicos que permitieron sobrellevar la difícil situación.
El tren, afectado por el fallo generalizado de la red eléctrica, quedó varado sin posibilidad de avance ni evacuación inmediata. Mientras la mayoría de los servicios de emergencia se encontraban desbordados, la población local no dudó en actuar por su cuenta.
Brazatortas, un pueblo volcado con quienes lo necesitaban
Desde la rotura de la valla, hasta el reparto de alimentos mano a mano, cada gesto reflejó la generosidad de un pequeño municipio que, en un momento de crisis, se convirtió en refugio y apoyo para decenas de desconocidos.
La pasajera ha querido subrayar que, a pesar del cansancio, el miedo y el desconcierto, este acto de solidaridad espontánea dejó una profunda huella en todos los afectados: «Nunca olvidaremos la bondad de Brazatortas», afirmó.
Más de un día atrapada sin llegar a su destino
A estas horas, la viajera todavía se encuentra en Córdoba, más de un día después de haber iniciado su viaje. Continúa esperando la reanudación de los servicios ferroviarios para poder llegar finalmente a Sevilla. Esta situación pone de relieve la magnitud de los efectos colaterales que el apagón eléctrico ha tenido en la movilidad en todo el país.
Mientras tanto, la historia de Brazatortas sirve de recordatorio de que, incluso en las circunstancias más adversas, la solidaridad y el espíritu comunitario siguen iluminando los momentos más oscuros.