El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, ha recalcado este lunes en Barcelona que la reforma del delito de sedición recogido en el Código Penal que se ha comprometido a llevar a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez no es una «amnistía», si no que se trata de «ajustar nuestra legislación a la de los países europeos».
A preguntas de los periodistas, después de visitar una oficina de Correos para el seguimiento de las altas del Bono Cultural, el ministro se ha referido en estos términos a las últimas informaciones publicadas sobre la posibilidad de reducir a la mitad la pena de sedición, en un momento en el que se están negociando los Presupuestos Generales del Estado para 2023.
El dirigente socialista ha recordado que Sánchez se comprometió a una reforma del Código Penal que «homologue, entre otros, el delito de sedición al planteamiento que se hacen en otros ordenamientos jurídicos, lo que no tiene que ver con el debate parlamentario».
«Es un compromiso adquirido hace mucho tiempo. De hecho, yo, personalmente, hablo de esta cuestión desde 2017, cuando ni siquiera estábamos en el gobierno», ha precisado.
Sería una reforma, ha insistido, «no una amnistía, que es un procedimiento absolutamente extraordinario que se produce cuando hay un cambio de régimen y que absolutamente borra los procedimientos penales, pero no es el caso».
Además, ha destacado que se llevará a cabo cuando se «alcance una mayoría para hacerla» en el Congreso.
Utilizando la expresión de Salvador Illa de no mezclar «libretas», Miquel Iceta ha recordado que en 2017 «no es que no hubiera presupuestos, es que no estábamos ni en el Gobierno, por lo que la idea de que nuestra legislación sea homologable al máximo a países de nuestro entorno, a nuestros socios europeos, es obvia, también, en este terreno».
Respecto al posicionamiento de los diferentes partidos políticos ante esta cuestión, desde el PP a ERC, el ministro ha aseverado que aunque «afortunadamente en política aún hay cosas que sorprenden, que incorporan novedades, en este caso creo que todo el mundo se ha ajustado mucho al guion previsible».