En julio, las pernoctaciones cayeron casi un 50% en apartamentos turísticos, casas rurales, albergues y campings en plena crisis del coronavirus. Pero es que, además, los hoteles están en una situación crítica. Este lunes la Patronal del sector ha exigido al Gobierno un plan de choque para reactivar el turismo: le pide ampliar los ERTE, que se hagan test PCR a los viajeros y no pagar el IBI.
Quieren evitar así el cierre de hoteles. Es lo que esá pasando, por ejemplo, Benidorm; en esta ciudad van a cerrar ya ocho hoteles. Lo mismo sucede en la Costa del Sol, donde van a adelantar el fin de la temporada tras un agosto con estancias cortas y pocas reservas en los hoteles.
Pocos hoteles han conseguido salvar la temporada y las previsiones para el resto del año no son esperanzadoras. En Tenerife, por ejemplo, la ocupación media ha sido del 30%, con 65-70 establecimientos abiertos de los 400 que tiene la isla.
Jorge Marichal, presidente de CEHAT, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, lo tiene claro: «Tenemos que aunar esfuerzos y sobre todo tomar acción rápida de manera eficaz y de manera acelerada porque la situación cada vez se está convirtiendo en peor; si no se toman medidas desde luego nos avocamos a una primavera del año que viene que puede ser totalmente desastrosa».
Plan de choque
La patronal española del alojamiento turístico considera, por tanto, imprescindible que este plan de choque contemple la implantación de medidas sanitarias, laborales y fiscales concretas y de máxima urgencia para garantizar la supervivencia del turismo, el sector productivo que más aporta en su conjunto al PIB español y de cuya fortaleza dependen más de 2 millones y medio de trabajadores de forma directa.
Dentro del ámbito laboral, CEHAT insiste en la articulación de unos ERTE específicos para el sector hotelero. Así, la Confederación solicita unos ERTE «ágiles» que permitan la entrada y salida de trabajadores en función de la coyuntura turística y que cuenten con una exoneración total de la Seguridad Social de los que se quedan dentro del ERTE, «no de los que salen, puesto que, si un empresario saca a un trabajador del ERTE se considera que lo hace porque está generando recursos para pagar su salario».
Por tanto, desde Cehat consideran que la ayuda debe ofrecerse a aquellos trabajadores que permanecen dentro del ERTE y dejar a responsabilidad del empresario asumir el coste de los trabajadores que se reincorporan a su actividad. Además, reclaman que estos nuevos ERTE estén activos, como mínimo, hasta la Semana Santa de 2021 «con el fin de garantizar que las empresas tengan ‘oxígeno’ para llegar hasta esa fecha y, con ellas, el empleo que generan».
El turismo nacional no salva la campaña turística, pero en algunas zonas evita el desastre absoluto.