Un nuevo informe mundial pide convertir la conexión social en una prioridad de salud pública, al revelar que el aislamiento incrementa el riesgo de ictus, depresión y muerte prematura.
La soledad, un problema de salud global
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una alarma global sobre los efectos devastadores de la soledad y el aislamiento social, tras la publicación del primer informe mundial de la Comisión de Conexión Social. Según los datos recogidos, 1 de cada 6 personas en el mundo está afectada por este fenómeno, y su impacto sanitario es profundo: se estima que está relacionado con más de 871.000 muertes al año, lo que equivale a 100 muertes por hora.
La OMS define la conexión social como la forma en que las personas se relacionan e interactúan entre sí, mientras que la soledad se entiende como el sentimiento doloroso de una carencia de relaciones significativas, y el aislamiento como la falta objetiva de vínculos suficientes.
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Jóvenes y países de renta baja, los más vulnerables
El informe revela que la soledad afecta a personas de todas las edades, pero incide especialmente en dos colectivos: los jóvenes y las personas de países con bajos ingresos. Entre los 13 y 29 años, entre el 17 y el 21 % de los encuestados declararon sentirse solos, siendo los adolescentes los más afectados.
En cuanto al factor económico, el 24 % de las personas de países de renta baja se sienten solas, el doble que en los países de renta alta (11 %).
Riesgos físicos, mentales y sociales
La soledad no solo daña el estado de ánimo, sino que tiene efectos concretos sobre la salud física y mental. Según la OMS, aumenta el riesgo de:
- Ictus
- Enfermedades cardiovasculares
- Diabetes
- Deterioro cognitivo
- Muerte prematura
Además, las personas solas tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión, y también pueden desarrollar ansiedad o pensamientos suicidas. A nivel social, la soledad merma la cohesión de las comunidades y supone un elevado coste económico por la pérdida de productividad y el incremento de la asistencia sanitaria.
Impacto en la educación y el empleo
El aislamiento social afecta también al rendimiento académico y al empleo. Los adolescentes que se sienten solos tienen un 22 % más de probabilidades de sacar malas calificaciones. En adultos, la soledad puede dificultar la búsqueda o el mantenimiento de un empleo y reducir las oportunidades de progresión laboral, generando así un círculo vicioso de exclusión.
Una hoja de ruta mundial para reconectar a la sociedad
El informe de la OMS propone una estrategia global con cinco ejes de acción:
- Políticas públicas que fomenten la conexión social.
- Investigación científica sobre los efectos y soluciones al aislamiento.
- Intervenciones directas, como programas comunitarios y apoyo psicológico.
- Medición y seguimiento, mediante la creación de un Índice Mundial de Conexión Social.
- Movilización social para cambiar normas y actitudes.
Vivek Murthy, copresidente de la comisión y ex cirujano general de EE. UU., ha declarado que este documento “traza una hoja de ruta para construir vidas más conectadas” y ha subrayado su relevancia para la salud, la educación y la economía.
Soluciones prácticas a nivel individual y comunitario
El informe recuerda que las soluciones existen y deben aplicarse a todos los niveles: desde el diseño urbano con espacios sociales (parques, bibliotecas, centros comunitarios) hasta acciones cotidianas individuales.
Entre las propuestas más sencillas están:
- Contactar con un amigo que lo necesite.
- Estar presente en las conversaciones, dejando de lado el móvil.
- Saludar a los vecinos o unirse a grupos locales.
- Hacer voluntariado.
- Informarse sobre servicios de apoyo si la soledad persiste.
La OMS insiste en que “cada persona puede marcar la diferencia”, y que reducir la soledad mejora la salud, fortalece las comunidades y alarga la vida.
Un llamamiento global
Con la publicación de este informe, la OMS hace un llamamiento a todos los Estados miembros, autoridades locales, organizaciones sociales y personas a título individual para que conviertan la conexión social en una prioridad de salud pública.
El mensaje es claro: el coste del aislamiento es inmenso, pero los beneficios de un mundo más conectado son aún mayores.
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