un libro y una exposición. Parte de los beneficios irán a la investigación del virus.
Fue abril cuando decidió ponerse un EPI para dar testimonio de la guerra: «Era una guerra sanitaria donde tanto médicos como pacientes intentaban luchar por un virus que no sabíamos todavía muchas cosas sobre él»
Su exposición refleja, por ejemplo, un hospital con los contrastes más extremos. «Estaba la parte de maternidad, en la que estaban naciendo niños», explica, donde encontró la vida de Alejandro: «Ver a ese pequeño con esa energía y esa sensación llena de vida fue un chute de energía para poder seguir realizando estas fotografías
También conoció a Vilma, que pensaba que vivía sus últimos días. «Le regalé unos dibujos que hizo mi sobrina», recuerda, y añade sobre el drama de esta mujer: «Tenía a su marido en un box, bocabajo en coma». Sin embargo, meses después recibió una llamada sin tener ni idea de que eran ellos: «Para mí fue super especial y me emocioné muchísimo con ellos porque me contaban que al final habían conseguido salir los dos«.
Los sanitarios, los verdaderos héroes de la pandemia
Un instante para captar a los héroes de la pandemia, a los sanitarios. Ella tiene claro lo que transmitían: «Eran miradas de cansancio y de tristeza, pero a la vez de muchas ganas de seguir adelante, eran muchas mezclas de emociones y sentimientos a flor de piel».
Ahora Natalia habla de todo ello y recuerda que la pandemia sigue y sigue muriendo gente.