centrales nucleares espana
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Un resurgir inesperado de la energía nuclear en plena transición renovable

La energía nuclear vuelve a ocupar un lugar central en el sistema eléctrico español, justo en un momento de ofensiva política contra esta fuente estable, limpia y de bajo coste por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. En la última semana, su protagonismo ha aumentado de forma significativa, llegando a multiplicar por cuatro su producción energética del lunes al domingo, según datos de Red Eléctrica de España (REE).

Este incremento coincide con un contexto de incertidumbre y debate abierto tras el apagón energético del pasado 28 de abril. Aunque el Ejecutivo ha defendido la alta presencia de renovables como una fortaleza del sistema, la realidad técnica y la respuesta operativa de REE han apuntado en una dirección distinta: apostar por tecnologías síncronas como la nuclear, la hidráulica y el gas, en busca de mayor estabilidad en la red eléctrica.

Evolución de la participación nuclear: del 5% al 21% en seis días

Los datos de REE reflejan una evolución clara:

  • Lunes: 5% de generación nuclear.
  • Martes: 10%, el doble.
  • Miércoles: 14%.
  • Sábado: 17%.
  • Domingo: más del 21%.

Este crecimiento progresivo posiciona a la energía nuclear como uno de los pilares de estabilidad del mix eléctrico, especialmente durante los días posteriores al apagón, cuando la red optó por reforzar su base con tecnologías firmes y gestionables.

¿Por qué crece la nuclear tras el apagón?

El apagón del 28 de abril dejó al descubierto las limitaciones operativas de las energías renovables, particularmente en situaciones de alta penetración. En los minutos previos al incidente, la producción energética en España era más del 70% renovable, con un 58,66% de fotovoltaica y un 11,83% de eólica. Esta situación habría provocado un alto grado de inestabilidad, una hipótesis que gana peso como posible causa del corte generalizado.

Aunque la presidenta de REE, Beatriz Corredor, ha negado que el apagón se deba a la sobrepresencia de renovables, lo cierto es que la respuesta técnica posterior ha sido reforzar las tecnologías convencionales. Al día siguiente, la generación hidráulica aumentó 40 veces respecto al momento del apagón. Lo mismo ocurrió con el gas. Y, desde entonces, la energía nuclear ha retomado un papel clave en la regulación del sistema.

Las renovables, aún sin respaldo suficiente

La defensa del Gobierno y de REE sostiene que las energías renovables “funcionan de forma estable” y están integradas en el sistema sin riesgos. Sin embargo, expertos del sector energético señalan que la falta de respaldo síncrono genera vulnerabilidad, especialmente cuando la fotovoltaica y la eólica dominan el mix durante muchas horas consecutivas.

Las tecnologías síncronas, como la nuclear, aportan inercia, frecuencia y estabilidad. Son esenciales para evitar que pequeños desequilibrios provoquen desconexiones o, en el peor de los casos, apagones masivos. Tal como ilustró un especialista: “La nuclear es como el freno del coche. Evita que te estrelles. Pero una vez has chocado, ya no sirve para nada”.

Factores económicos y fiscales detrás del parón nuclear

Antes del apagón, tres reactores estaban fuera de servicio:

  • Trillo, en proceso de recarga de combustible (una operación técnica habitual que puede extenderse hasta un mes).
  • Almaraz y Cofrentes, parados por razones económicas: el precio del mercado y la presión fiscal hacen poco rentable su operación.

Ambas centrales han vuelto a estar activas, y su regreso ha sido determinante para el repunte nuclear. Este hecho revela que, pese a la narrativa gubernamental, la nuclear sigue siendo necesaria, especialmente en momentos de tensión operativa.

El papel de Red Eléctrica: ¿precaución o corrección?

Aunque la presidenta de REE se ha desvinculado del diseño del mix energético afirmando que “nosotros no lo elegimos”, lo cierto es que el operador sí puede aplicar restricciones técnicas si percibe riesgos para la estabilidad. Y eso es precisamente lo que parece haber ocurrido tras el apagón: REE se ha «puesto el cinturón», reforzando el sistema con energía hidráulica, gas y nuclear.

Esta actuación contrasta con la postura oficial de algunos sectores del Gobierno, que continúan insistiendo en que la solución está únicamente en las renovables. Sin embargo, los datos indican lo contrario: la necesidad de equilibrio entre fuentes renovables e infraestructuras convencionales no solo es técnica, sino también estratégica.

Implicaciones para la política energética

La gestión del mix energético ha adquirido un carácter cada vez más político. Pedro Sánchez y su equipo han apostado por acelerar el cierre de las nucleares, un plan que se enfrenta ahora a cuestionamientos por razones de seguridad, coste y operatividad.

Además, el discurso que minimiza el papel de la nuclear ha generado fricción con el sector energético, que demanda reconocimiento y un marco fiscal más favorable para poder operar con sostenibilidad.

El caso reciente del apagón sirve como ejemplo claro: cuando el sistema se tambalea, es la nuclear la que aporta fiabilidad y estabilidad. Y aunque no sea la solución en el momento del fallo, es clave para evitar que el fallo se produzca.

¿Está cambiando el enfoque de la transición energética?

Lo que hemos visto en los días posteriores al apagón podría marcar un punto de inflexión. El resurgir de la nuclear y del gas sugiere que Red Eléctrica ha comenzado a priorizar la estabilidad operativa frente a la pureza ideológica. No se trata de retroceder en la transición energética, sino de asumir que el camino hacia un sistema 100% renovable requiere equilibrio, respaldo y planificación técnica sólida.

Mientras el Gobierno insiste en defender un modelo energético basado casi exclusivamente en renovables, los hechos técnicos muestran que la red necesita el apoyo de tecnologías que garanticen continuidad y control.