El mes de agosto avanza y, con él, los nuevos contagios por coronavirus, que llevan una semana por encima del millar de notificaciones diarias. Son cuatro comunidades -Aragón, País Vasco, Madrid y Cataluña- las que aportan gran parte de los casos al cómputo global, aunque con rebrotes en todas las autonomías y prácticamente el total de provincias, la coyuntura es delicada en todo el territorio nacional.
La situación adquiere un grado más de preocupación, si cabe, al tener en cuenta que estamos a poco más de dos semanas del inicio de septiembre, el mes en el que los estudiantes de todos los niveles educativos deberían volver a las aulas y la mayoría de los trabajadores, a sus puestos de trabajo, dos circunstancias que elevarán la movilidad actual así como el número de aglomeraciones. Además, está aparece el fantasma del aumento de la presión sobre el sistema sanitario, una circunstancia que sería terrible para unos profesionales sanitarios que aún no se han repuesto de la dura situación que se vivió la pasada primavera.
Como vienen señalando los expertos desde hace días, con esta panorama resulta esencial controlar cuanto antes la transmisión del virus. De ahí que prácticamente cada día se confinen nuevas poblaciones o comarcas, se refuerce la labor de los rastreadores de contactos y se pongan en marcha pruebas PCR masivas.
Estas están siendo las herramientas más utilizadas en las últimas semanas por las autoridades. Sobre la mesa, una tarea única pero compleja: localizar a las personas asintomáticas, que representan el mayor desafío en este momento de la pandemia, para frenar los contagios.
Con el objetivo de censar al mayor número de asintomáticos posible, la Generalitat comenzó este martes a hacer pruebas PCR de forma masiva en Vilafranca del Penedès, donde ha surgido un brote calificado como «complejo».
En esta población barcelonesa los expertos en Salud Pública trabajan con un único objetivo: cortar la cadena de transmisión del virus, de ahí que se estén haciendo, de forma prioritaria, test a personas de entre 19 y 40 años, que se muestren asintomáticas y que en los últimos días hayan mantenido contactos sociales sin respetar la distancia, sin mascarilla, en espacios cerrados durante mucho rato o en reuniones entre amigos o aglomeraciones y siempre que no hayan estado en contacto con ningún caso positivo.
En Aragón se trabaja en el mismo sentido. Con la Policía Nacional y la Local controlando en Zaragoza el cumplimiento de confinamientos de positivos y casos sospechosos, el Ejército comenzó este martes a levantar una carpa en el aparcamiento del hospital Clínico, centro de referencia para miles de vecinos de la capital aragonesa y sus alrededores, por si la situación epidemiológica empeora aún más.
No bajar la guardia
Tanto Cataluña como Aragón, que ha contabilizado un 72% de asintomáticos, se mostraron moderadamente optimistas ante una situación que consideran bastante controlada, aunque llamaron a no bajar la guardia y seguir trabajando en revertir la tendencia controlando la transmisión.
En la misma línea está el conjunto del Estado, que este martes puso en marcha la aplicación móvil ‘Radar Covid’, una utilidad que emplea la tecnología bluetooth de los móviles para avisar a sus usuarios si han estado a menos de dos o tres metros de una persona contagiada en los catorce días anteriores a un nuevo diagnóstico. Hasta este martes ya se habían contabilizado medio millón de descargas para dispositivos Android, ello a pesar de que la ‘app’ aún no se encuentra totalmente operativa.
Rastreo de casos y control de rebrotes
Madrid también trata de cortar la tendencia ascendente de contagios que es la tónica de los últimos días. En este sentido, está reforzando la plantilla de rastreadores (mediante un contrato a una empresa privada que ha desatado una tormenta política) y continúa exigiendo al Gobierno central más medidas de control en el aeropuerto de Barajas, ya que según los datos facilitados por el Ejecutivo regional han llegado por esta vía a Madrid 120 casos.
Además, hospitales como el 12 de Octubre han activado sus planes de contingencia internos para reprogramar intervenciones quirúrgicas no urgentes ante la posibilidad de recibir un pico de ingresos de pacientes Covid.
También se intenta atajar los brotes declarados en residencias de ancianos por la letalidad de los mismos. Este martes, se conoció una mala noticia en este sentido, y es que un traslado de mayores de una residencia a otra para controlar un foco del virus ha terminado provocando otro brote en el lugar de destino.
La Comunidad, como otras regiones, también sigue difundiendo campañas de concienciación del uso de la mascarilla y otras medidas de seguridad frente al virus, sobre todo entre los más jóvenes. Máxime, cuando según los datos que maneja la Consejería de Sanidad, la media de edad de los casos de Covid-19 confirmados Madrid en los últimos 14 días es de 35 años.