embarazada
embarazada

La falta de apoyo institucional, la inestabilidad económica y los riesgos médicos explican el auge de los embarazos tardíos y el creciente rechazo a la maternidad.

La edad ideal frente a la realidad demográfica

El retraso en la maternidad se ha convertido en un fenómeno estructural en España. Pese a que los expertos sitúan la edad biológicamente ideal para tener hijos entre los 25 y los 35 años, los datos muestran que esta franja queda cada vez más relegada a la teoría. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 40% de las madres españolas tienen su primer hijo después de los 35 años, y el 10,4% da a luz con más de 40, el doble que la media de la Unión Europea.

Este fenómeno tiene consecuencias directas en la salud de las madres y los bebés, y está acompañado por un cambio social profundo: el 30% de las mujeres afirman no querer tener hijos, una cifra que en 1990 apenas alcanzaba el 11%.

Riesgos médicos del embarazo tardío

Rocío Núñez, doctora en Biología y especialista en reproducción asistida, ha alertado en esRadio sobre los riesgos médicos que conlleva la maternidad a edades avanzadas. A partir de los 40, «los riesgos para la madre y el bebé se multiplican», advierte. Entre las principales complicaciones destacan:

  • Partos por cesárea más frecuentes.
  • Mayor probabilidad de bebés prematuros.
  • Complicaciones médicas tanto para la madre como para el recién nacido.

Un parto se considera prematuro si ocurre antes de la semana 37, pero existen casos especialmente críticos por debajo de las 27 semanas. “Conforme avanza la edad, crecen las probabilidades de prematuridad”, señala Núñez. Los niños prematuros presentan mayores problemas de salud al nacer y a lo largo de su desarrollo.

Congelación de óvulos: una solución parcial

La congelación de óvulos, cada vez más habitual entre mujeres que desean posponer la maternidad, permite conservar la capacidad reproductiva, pero no elimina los riesgos asociados a la edad materna. Según la experta, muchas mujeres “no son plenamente conscientes” de los efectos de un embarazo tardío o los asumen sin valorar el impacto sobre el bebé.

“Yo lo que quiero es ser madre, y si existe un riesgo mayor, lo asumo”, comentan algunas mujeres en consulta. Núñez subraya que esa decisión debería ser más informada: “No solo corren ellas el riesgo, también el niño”, insiste.

Un contexto social y laboral desfavorable

Más allá de los factores biológicos, el retraso en la maternidad está profundamente relacionado con las condiciones laborales, económicas y sociales. La dificultad para acceder a una vivienda propia, la precariedad laboral y la escasa flexibilidad para conciliar familia y trabajo son elementos clave.

“Esa situación económica hace impensable que muchas mujeres se planteen tener hijos”, afirma Rocío Núñez.

España sigue por detrás de otros países europeos en lo que respecta a políticas de apoyo a la maternidad. La doctora menciona el caso de una española residente en Dinamarca, donde pudo disfrutar de un año de baja maternal, con la posibilidad de formarse profesionalmente mientras cuidaba de su hijo.

En contraste, en España extender la baja más allá de lo legalmente establecido es complejo, y muchas mujeres encuentran enormes dificultades para reincorporarse al mercado laboral tras la maternidad.

Nacimientos al alza, pero con matices

Pese a la tendencia negativa de los últimos años, en 2024 se registró un ligero repunte del 0,4% en el número de nacimientos, alcanzando casi 330.000 bebés. No obstante, este incremento se debe principalmente al crecimiento de la maternidad entre mujeres de más de 40 años.

Lejos de un cambio de tendencia, los demógrafos lo interpretan como una maternidad aplazada que finalmente se materializa, más que como una recuperación estructural de la natalidad.

El rechazo creciente a la maternidad

El informe del INE también refleja un cambio cultural de fondo: el 29% de las mujeres en edad fértil no desean tener hijos. Las causas más comunes de esta negativa incluyen:

  • Razones económicas.
  • Deseo de desarrollo profesional y personal.
  • Búsqueda de independencia.

Este fenómeno es especialmente notable en mujeres con estudios superiores y residentes en entornos urbanos. Frente a generaciones anteriores, para muchas jóvenes hoy la maternidad no es una aspiración prioritaria ni obligatoria.

Políticas públicas y prevención

Los expertos coinciden en que la solución no pasa únicamente por informar sobre los riesgos médicos, sino por crear condiciones que permitan a las mujeres tener hijos a edades más tempranas. Entre las medidas necesarias destacan:

  • Fomentar el acceso a la vivienda.
  • Flexibilizar los horarios laborales.
  • Prolongar y mejorar las bajas por maternidad y paternidad.
  • Subvencionar servicios de cuidado infantil.
  • Promover la corresponsabilidad familiar.

Como recuerda Rocío Núñez, mantener hábitos saludables como hacer ejercicio, alimentarse bien y evitar el alcohol o el tabaco es importante, pero no suficiente ante los riesgos de un embarazo tardío. “La mejor prevención es poder decidir antes”, concluye.

Sigue informado con más noticias relevantes en Ciudad Noticias.