la cantante pudo sentir el calor de los aplausos desde el primer momento en que pisó el escenario.
Arropada tan solo por las notas de un piano, no necesitó más para brillar. En un ambiente íntimo y sentimental, emocionó a los presentes con alguno de los temas más exitosos de ‘Inesperado’ y ‘Resiliencia’, sus dos últimos trabajos discográficos.
«Gracias por estar aquí en estos momentos difíciles. La música la tienen que recetar los médicos». Con sus comentarios entre canciones, la malagueña quiso reivindicar la vuelta de una cultura segura tras la pandemia y temas tan humanos como los distintos modelos de familia que existen y la inmigración. También mostró su lado más divertido y espontáneo, desatando las risas de todos con humor e ingenio.
La copla no podía faltar en su repertorio. «No puedo olvidarla. Es como respirar«. Versionó con maestría grandes himnos de figuras tan icónicas como Rocío Jurado o Marifé de Triana. Su personal interpretación supone un soplo de aire fresco que reaviva la copla y la acerca a las nuevas generaciones.
En un segundo pase, acompañada de una guitarra española, demostró que su tesitura es tan amplia como su versatilidad. No solo canta con su prodigiosa garganta, también lo hace con el corazón: toda ella proyecta entrega y respeto a su profesión y al público. Con el flamenco como broche de oro, pudimos disfrutar de ‘Sola’, tema que le catapultó a la fama, unos bonitos fandangos o el ‘Padre nuestro’ que nos acercó a sus raíces.
La artista está inmersa en los preparativos de ‘En tierra extraña’, su primera obra como actriz que se estrena el 11 de noviembre en el Teatro Español de Madrid. En este musical dará vida a Concha Piquer, uno de los referentes más importantes en su carrera musical. Todo un reto en su trayectoria al que se enfrenta con mucha ilusión y que apunta a convertirse en un auténtico espectáculo que todo el mundo debe descubrir.