detonación controlada de una bomba de la Segunda Guerra Mundial. El explosivo estaba en uno de los ríos del país desde el conflicto armado, y la sequía extrema, provocada por las olas de calor que azotan Europa, ha hecho que saliera a la luz.

El artefacto explosivo fue hallado, el pasado 25 de julio, en las aguas del río Po, cerca de la localidad de Borgo de Virgilio. Llevaba desde la década de los 40 sumergido en el río, pero la sequía y el calor extremo han causado un descenso del nivel del agua, dejando al descubierto el peligroso objeto.

La bomba fue encontrada por varios pescadores

La bomba, de 450 kilogramos, fue hallada por “varios pescadores” que se encontraban trabajando en el río, según el coronel Marco Nasi. La retirada del explosivo no fue nada fácil. De hecho, se tuvo que evacuar a unas 3.000 personas que vivían cerca del sitio.

“Al principio, algunas de las personas se negaron a irse de allí, pero, en los últimos días, creemos haber convencido a todos ellos”, aseguró el alcalde de Borgo de Virgilio, Francesco Aporti, que añadió que las maniobras de extracción no se habrían llevado a cabo de no ser así.

De la misma manera, se realizaron cortes preventivos de la navegación a lo largo de ese tramo del río, así como las carreteras cercanas y una línea ferroviaria. Además, se clausuró el espacio aéreo del área.

240 kilogramos de explosivo

Una vez se consiguió sacar la bomba del río, los ingenieros trabajaron para quitarle la mecha. Asimismo, observaron que se fabricó en Estados Unidos y contenía un total de 240 kilogramos de explosivo.

El explosivo ha sido llevado a una cantera en el municipio de Medole, a poco menos de 50 kilómetros de donde fue encontrada. Allí, fue detonado este lunes por el escuadrón antibombas del Ejército italiano, de manera controlada.

Este suceso refleja la difícil situación por la que está pasando Italia por culpa de su peor sequía en 70 años. El país declaró el estado de emergencia el pasado julio para las zonas adyacentes al río Po, que es el más largo del territorio y supone un tercio de la producción agrícola.