La deuda que acumula el consistorio, de 5.300 habitantes, es de 15 millones de euros y, como dicen los propios empleados del Ayuntamiento, «no hay dinero para nada». Solo llegan embargos y facturas atrasadas, cuentan. La suma de impagos a los trabajadores asciende a 2 millones de euros.
«La situación es de emergencia social, inaudita», añade una de las vecinas de la localidad.
La alcaldesa, expulsada del PSOE
El PSOE anunció la semana pasada que expulsaba a la alcaldesa del municipio, Marisa Murillo, «debido al clima de desencanto y rechazo que se está produciendo», según señaló el secretario provincial del partido, Rafael Lemus.
Lemus le pidió desde el atril de una rueda de prensa en Badajoz que abandonara el puesto de alcaldesa, pero Murillo, de momento, se niega.
No es el primer varapalo que sufre la regidora, que el pasado 12 de enero fue destituida como diputada provincial del Bienestar Social, un gesto que ya avisaba de que sus superiores tenían puesto el foco sobre ella.
Huelga de hambre
Los vecinos, mientras, se han manifestado varias veces frente al propio Ayuntamiento, han cortado carreteras y uno de ellos, Juan, un Policía Local hizo una huelga de hambre después de que el cuerpo fuese desmantelado ante la falta de dinero.
La situación es tan crítica que hasta han tenido que cerrar las cuatros residencias para personas de la tercera edad de Alburquerque. También se han dado numerosos cortes de luz a o largo de los últimos meses.