Un equipo de astrónomos ha detectado un agujero negro de masa intermedia en nuestra galaxia, tras un exhaustivo estudio de más de 500 imágenes del cúmulo globular Omega Centauri capturadas por el telescopio espacial Hubble durante dos décadas. Este hallazgo, publicado en la revista Nature, sugiere que podría tratarse del eslabón perdido en la evolución de estos fascinantes objetos cósmicos.
El Extraño Baile de las Estrellas
El descubrimiento se produjo al observar un movimiento característico de siete estrellas que giraban alrededor de una región aparentemente vacía del espacio. «Es un patrón que hemos visto antes en otros casos, como Gaia BH3 y Sagitario A*, pero esta es la primera vez que tenemos indicios sólidos de un agujero negro de masa intermedia en la Vía Láctea», explicaron los investigadores.
Un Cúmulo Globular en Omega Centauri
Omega Centauri (NGC 5139), situado a unos 17.000 años luz de la Tierra, es uno de los cúmulos globulares más grandes y brillantes conocidos en la Vía Láctea. Con aproximadamente 10 millones de estrellas, este cúmulo es diez veces más masivo que otros cúmulos globulares grandes, y posee tanta masa como una pequeña galaxia.
El análisis de las imágenes de Hubble reveló que las siete estrellas en cuestión se mueven a velocidades extremadamente altas alrededor del centro de Omega Centauri. Estas velocidades son tan elevadas que, en condiciones normales, las estrellas deberían abandonar el cúmulo. Sin embargo, un objeto invisible y muy masivo parece mantenerlas gravitacionalmente atadas.
La Presencia de un Agujero Negro de Masa Intermedia
Los científicos estiman que solo un agujero negro con una masa mínima de 8.200 veces la del Sol podría ser responsable de este fenómeno. Simulaciones adicionales sugieren que la masa del agujero negro podría ser hasta 50.000 veces la masa solar, ubicándolo en el rango de los agujeros negros de masa intermedia, con un tamaño comparable al del planeta Neptuno.
El Eslabón Perdido en la Evolución de los Agujeros Negros
Los agujeros negros de masa intermedia, con masas que oscilan entre 150 y 100.000 veces la masa del Sol, son considerados eslabones perdidos en la evolución de los agujeros negros. Estos objetos son raros y poco comprendidos, pero se cree que se forman en regiones con alta densidad estelar, como los cúmulos globulares.
Una investigación liderada por Michiko Fuiji de la Universidad de Tokio sugiere que los cúmulos globulares son áreas propicias para la formación de estos agujeros negros debido a la alta probabilidad de colisiones estelares, que pueden dar lugar a estrellas extremadamente masivas. Estas estrellas, según los modelos teóricos, pueden evolucionar hacia agujeros negros de masa intermedia.
Futuras Observaciones con el James Webb
Aún queda mucho por aprender sobre este inusual agujero negro en Omega Centauri. Los investigadores planean utilizar el telescopio espacial James Webb y los nuevos instrumentos del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral en Chile para estudiar con mayor detalle el interior del cúmulo y las velocidades estelares.
«Estas futuras observaciones nos permitirán obtener una mejor comprensión de la masa exacta y la posición de este agujero negro, proporcionando una visión más clara de su formación y evolución», concluyeron los astrónomos.