precio de la luz ha subido durante meses en España. El gas también está subiendo durante las últimas semanas tras la invasión rusa en Ucrania. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el próximo 29 de marzo, el Consejo de Ministros aprobará el plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.
El objetivo es modificar el actual mercado energético, según indica el jefe del Ejecutivo. «Poco vale que bajemos los impuestos si tenemos un mercado energético disfuncional que no está preparado para la evolución del precio del gas», manifiesta.
Es por ello que durante las dos próximas semanas buscará apoyos para desacoplar el gas de la electricidad en los diferentes países que forman la Unión Europea (UE).
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, confió en que la Comisión Europea dé «en las próximas semanas» una respuesta «positiva» que permita limitar el precio del gas. La CE se ha comprometido a presentar antes de que termine el mes una serie de «opciones» para atajar la escalada de precios energéticos, según explicó la presidenta de la institución, Ursula von der Leyen.
¿Cómo se podría desligar?
España tenía un límite de casación de 180 euros MWh. Sin embargo, desde el año 2019 se amplió hasta los 3.000 euros/MWh para armonizar el mercado con los países vecinos. Así era el caso de países como Bélgica, Dinamarca, Alemania o Francia.
En el actual sistema, el precio final de la electricidad lo fija el coste de la fuente más cara de generación. Este coste suele ser el del gas natural. Desligándolo, podría cambiar el precio de la luz. Sin embargo, hay que ver cómo fijarían la cuestión.
Varias opciones sobre la mesa
Desacoplar el gas del pool, es decir, del mercado mayorista, fijaría un precio regulado para los ciclos combinados.
El Ministerio de Transición Ecológica analiza compensar a las centrales de gas con el fin de hacer bajar las ofertas que se hacen en el mercado mayorista (pool) para provocar un descenso en el precio de la luz.
El objetivo no es dejar solo de depender del gas ruso, sino librar al mercado eléctrico de la regulación. Por ello, se trataría de fijar un precio tope sobre la cotización de la luz. En caso de superarlo, entraría el llamado mercado de restricciones, donde se cobraría lo ofertado, pero no marcaría el precio de las energías nuclear y de las hidroeléctricas.
Las comercializadoras de energía eléctrica plantean esta cuestión de forma temporal y limitar el precio a 180 euros por megavatio hora (MWh). Este límite sería inferior a los precios que se pagan en el mercado mayorista de la electricidad, donde de media se sitúa en 229 euros el megavatio hora. Cualquiera de las opciones produciría un descenso de los precios.