A la parrilla, rellenas… las berenjenas son deliciosas de todas las maneras, menos crudas. Son perfectas como alimento diurético. Su valor nutritivo y energético es inferior comparado con otras verduras ya que está compuesta principalmente por agua.
También contiene una moderada cantidad de fibra que favorece la digestión y su piel está compuesta por una antocianina (nasunina) que tiene poder antioxidante. La berenjena contiene flavonoides que protegen las células del organismo. Es una fuente de minerales, como el potasio, el calcio o el hierro.
Hay infinidad de recetas con berenjenas: fritas, rellenas, al horno, en pastel… En esta ocasión apostamos por una receta fácil y al horno, garantía de éxito.
Ingredientes
- Berenjena (2)
- Tomate (2)
- Queso para rallar
- Albahaca
- Aceite de oliva
- Leche
- Agua
- Sal
Información práctica
- Tiempo de elaboración: 40 minutos (y una hora más de preparación)
- Calorías: unas 185 kcal los 100 gramos
Elaboración
- Limpiamos y cortamos las berenjenas en rodajas como de un centímetro.
- Las ponemos en una bandeja y echamos sal gorda por encima.
- Ahora reposarán una hora para soltar el agua.
- Pasado ese tiempo, ponemos el horno a precalentar a 180 grados.
- Lavamos y cortamos los tomates en rodajas.
- OPCIONAL: para que pierdan su amargor, podemos poner las rodajas de berenjena en un bol con agua y leche durante un cuarto de hora.
- Cogemos una bandeja de horno, echamos un poco de aceite de oliva y lo extendemos por toda la superficie.
- Cubrimos con rodajas de berenjena.
- A continuación una capa con tomate y finalmente otra de berenjena.
- Cubrimos con queso rallado y metemos al horno durante unos 10 minutos a 200 grados (calor arriba y abajo).
- Sacamos, echamos un poco de albahaca por encima, dejamos que se enfríe y emplatamos. ¡A comer!