Cambio de hábitos de consumo en las familias españolas debido a la crisis, se consume más productos congelados

productos congelados
productos congelados

Este año está siendo especialmente duro. A las consecuencias económicas de la pandemia se suma una guerra en Europa y una inflación que ha alcanzado niveles históricos. Con la subida de precios llegar a fin de mes se convierte en un auténtico reto. Ante esta situación, las familias han tenido que apretarse el cinturón y también se han visto obligadas a modificar sus hábitos de consumo.

Cambian los hábitos de consumo

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que «la carestía de la vida» ha traído consigo «una clara contracción del consumo«. Esto se hace especialmente evidente en el hecho de que en la cesta de la compra los productos frescos han sido reemplazados por los congelados.

«Con 30 euros compraba muchas cosas, pero ahora te gastas 50, 60 o 70 euros», reconocen. Lo cierto es que la cuesta de enero parece repetirse todos los meses: cuesta más ahorrar y llenar la cesta de la compra supone un desembolso cada vez mayor. «Comes menos de alguna cosa que a lo mejor piensas que es muy cara», explican.

A precios imposibles

Ahora, los consumidores prefieren comprar menos pescado, cuya venta se ha reducido en casi un 9%, o carne y dejar de adquirir alimentos no esenciales. De hecho, según una reciente encuesta realizada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, el 32% de los españoles reconoce que si no come la cantidad recomendada semanalmente de pescado es por su elevado precio. «Compramos otras cosas para compensar», afirman los consumidores.

El aceite de oliva también ha sufrido las consecuencias del cambio en los hábitos de consumo: más del 20% de la población prefiere utilizar otros aceites para cocinar. Y lo mismo ocurre con las frutas: la sandía, el melón o los plátanos han multiplicado, e incluso triplicado, su precio en comparación con 2021.

Pero las familias no sólo han tenido que adaptar su alimentación a la nueva realidad. De acuerdo al último informe de la OCU, «estos cambios van desde bajar la calefacción o dejar de usar electrodomésticos, a comprar las marcas más baratas. Por supuesto, se han recortado gastos de ocio, como dejar de salir a bares y restaurantes, cambiar planes de vacaciones o aplazar viajes».