Según lo explica un estudio liderado por científicos de la Universidad McGill, cambios climáticos redujeron la población maya en aproximadamente cuatro periodos diferentes. El estudio, además, saca sus conclusiones de materia fecal extraída de lo que antiguamente era la ciudad de Itzán, en Guatemala. Explican que todo este proceso ocurrió en un periodo comprendido de 3.300 años.
En primer lugar, encontraron la materia fecal en los sedimentos de la laguna de Itzán. Gracias a estos hallazgos, notaron que hubo sequias en los periodos entre 1350 y 950 a.C; 730 y 900 d.C; y 90 al 280 d.C. Asimismo, esta misma zona registra una era extremadamente húmeda entre los años 400 y 210 a.C.
Todos estos constantes cambios climáticos afectaron a las poblaciones mayas que habitaban las regiones de lo que hoy es Guatemala. “El registro implica una presencia humana en la escarpa de Itzán unos 650 años antes de que el registro arqueológico lo confirme”, dicen los investigadores en su informe final.
La población maya siguió en el lugar Las mencionadas sequías y un colapso que registran diferentes investigaciones entre los años 800 y 1.000 d. C afirman que la población no volvió a la zona. Sin embargo, estas muestras fecales demuestran que, en menor número con el paso del tiempo, se mantuvo en las tierras.
Entonces, este tipo de hallazgo es esencial para que los arqueólogos estudien data de poblaciones antiguas. Y que los registros no sean solo sujetos a los fósiles.
“Esta investigación debería ayudar a los arqueólogos al proporcionar una nueva herramienta para observar cambios que podrían no verse en la evidencia arqueológica. Es posible que la certeza nunca haya existido o que desde entonces se haya perdido o destruido. Las tierras bajas mayas no son muy buenas para preservar edificios y otros registros de la vida humana debido al ambiente de bosque tropical”, dijo Benjamin Keenan, candidato a doctorado en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de McGill.
“Este período es desconcertante porque coincide aproximadamente con el crecimiento de las poblaciones del Preclásico Medio tardío y del Preclásico Tardío temprano de Itzan, como lo demuestra la presencia de abundantes cerámicas que datan de esta época en muchos lugares. Esta asociación de un clima anormalmente húmedo con una reducción a escala centenaria en la deforestación regional y una disminución en la entrada de coprostanol es intrigante, y puede ser un indicador de que la sociedad maya también fue sensible a otros extremos climáticos como el exceso de precipitación”, sentenciaron.