Liz Truss ya es la primera ministra más breve de la historia del Reino Unido. Tras dilapidar por completo su autoridad política, provocar un colapso en los mercados con su plan fiscal -que buscaba la mayor bajada de impuestos en medio siglo sin más ideas para financiarlo que endeudar al país- y perder a dos ministros clave, la ‘premier’ británica ha dimitido tras sólo 44 días en el cargo. Ahora, su predecesor, Boris Johnson, planea competir por el liderazgo conservador.
Truss nunca ha tenido la legitimidad con la que contaba Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019 ni un gran respaldo en sus propias filas. Aterrizó en Downing Street con pies de barro pero ello no impidió que el 23 de septiembre el entonces ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, presentase un programa fiscal basado en un recorte masivo de impuestos (45.000 millones). Los mercados respondieron disparando la prima de la deuda soberana y hundiendo la libra hasta mínimos de 1985. Fue el principio del fin. La revuelta entre sus propias filas conservadoras no tardó en estallar. Docenas de diputados conservadores le exigieron que renunciara.
La crisis interna se agudizó el miércoles, una jornada marcada por la dimisión de la ministra del Interior, Suella Braverman, y por una caótica votación parlamentaria sobre el ‘fracking’ impulsada por el Partido Laborista que puso en evidencia la grave división en el seno del Partido Conservador. Unos 40 ‘tories’ se abstuvieron o no votaron entre dudas sobre la ‘hoja de ruta’ del Gobierno.
El proceso para elegir un sucesor debería estar completado en el plazo de una semana. El Partido Conservador quiere así evitar un limbo de poder como el vivido con el propio Johnson, que aguantó dos meses entre el anuncio de la dimisión y la culminación de las primarias. Y es precisamente Johnson, el paladín del Brexit, quien destaca entre quienes planean competir por el liderazgo conservador en lo que considera una cuestión de «interés nacional», según informa el diario ‘The Times’.
Johnson ha comenzado a sondear el terreno para un posible regreso pocos meses después de dimitir cercado por los escándalos. El caso de las fiestas en Downing Street celebradas durante la pandemia desplomó su popularidad como ‘premier’ (2019-2022), pero cuatro meses después de anunciar su dimisión ha recuperado terreno en las encuestas. Un 32% de las bases del partido apoyan que vuelva a Downing Street, según un sondeo entre los afiliados ‘tories’ publicado esta misma semana.
El ex primer ministro sondea a su círculo cercano sobre la posibilidad de competir por el liderazgo ‘tory’ y se dice que Johnson cree que es capaz de cambiar el rumbo del Partido Conservador. Varios diputados ‘tories’ ya han sugerido que Johnson reemplazará a Truss, asegura ‘The Times’.
No obstante, Rishi Sunak, titular de Economía durante la pandemia, se perfila también como uno de los favoritos. Sólo cuenta con el apoyo de un 23% de las bases pero las continuas advertencias contra los planes fiscales de Truss que lanzó durante las primarias conservadoras del pasado verano han dado alas a sus aliados para reivindicarle como el sucesor natural de la primera ministra más breve de la historia del Reino Unido.