Así fue la noche de horror en el Costa Concordia, el crucero que tuvo en vilo a Europa hace 10 años

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Italia revive hoy uno de los momentos más dramáticos vividos en su costa en los últimos años. El 13 de enero de 2012, el crucero Costa Concordia se hundía a solo 150 metros de la costa de Giglio. Había chocado contra una roca que provocó una rotura de 70 metros en su casco.

La tragedia empezó en torno a las 21.30 horas, cuando los pasajeros cenaban. Se fue la luz y se sintió un golpe. El capitán explicó que había problemas eléctricos, pero hora y media después, sonaron ocho pitidos de alerta para la tripulación, que indicaba que había que abandonar la embarcación.

En poco tiempo el barco empezó a inclinarse y se vivieron escenas de pánico. En esos momentos, el comandante Schettino decidió abandonar la embarcacióm y aunque la guardia costera le pidió volver a su puesto, él se negó. El caos se adueñó del barco. Algunos pasajeros lograron llegar a tierra a nado y otros fueron rescatados por helicópteros, pero no todos consiguieron salir del buque. Cada día fueron conociéndose las cifras de cadáveres encontrados. En total hubo 32 muertos, entre ellos el español Guillermo Gual.

Un día después del naufragio fue detenido el capitán, Francesco Schettino, y tras un largo proceso judicial, fue condenado a 16 años de cárcel. Él siguió asegurando que no era responsable de lo ocurrido y que su tripulación no le advirtió del peligro inminente.

Pese a la envergadura del buque, las tareas para enderezarlo no empezaron hasta un año y medio después de la tragedia. Se trato de una gran operación que costó unos 450 millones de euros. La operación se denominaba ‘parbuckling’ y consistía en rotar el barco, de 44.600 toneladas, unos 65 grados.

Se logró en un día y después el buque fue conducido a Génova para ser desguazado.