«Su contrato ha finalizado. No ha superado el periodo de prueba». En el último año, esta frase se ha multiplicado por 10 en los departamentos de Recursos Humanos del país. Este es uno de los perniciosos efectos de la reforma laboral de Yolanda Díaz con la que la ministra pretendía acabar con la precariedad del mercado laboral español, pero nada más lejos de la realidad.
Como la ministra de Trabajo ha puesto importantes trabas al contrato temporal en su norma, las empresas están viendo en el «periodo de prueba» la tabla de salvación para poder tener empleados en plantilla por un periodo corto de tiempo. Da igual que el empleado en cuestión haya cumplido correctamente con sus tareas: prescindirán de él antes de tener que hacerle fijo porque no pueden hacerle temporal (o les sale más caro).
Así se desprenden los últimos datos de la Seguridad Social que ha recopilado el sindicato USO. Como se observa en la tabla, el número de personas indefinidas que causan baja por no superar el período de prueba se ha multiplicado por 10 con respecto al año pasado, antes de que entrara en vigor la reforma laboral de Díaz.
En concreto, desde julio de 2021 hasta julio de 2022, esta causa para el cese del contrato ha crecido un 902,6%. También es destacable el aumento en general de los despidos por causas objetivas (234,7%) y los disciplinarios (170%), así como que se disparen las bajas voluntarias (258,7%) e involuntarias, 320,9%.
«El período de prueba dura, en función de los puestos, entre dos y seis meses. Por lo tanto, es el artificio perfecto para hacer contratos basura con cara de indefinidos» comenta el sindicato. Como es de esperar de cualquier sindicato, en USO piden mayores rigideces en el mercado laboral (como un mayor coste del despido), pero también reconocen que la norma de Díaz no está creando el empleo de calidad que prometió la ministra.
«Esto demuestra otra de las cojeras de la reforma laboral. No puede llamarse reforma si no entra a recuperar los derechos perdidos en cuanto a los despidos», aseguran. También apuntan a la cocina estadística que esconden las cifras del Gobierno. «Los efectos de la no-reforma laboral son los esperados de una reforma que se queda en los nombres de los contratos y no en el fondo del mercado laboral, que sigue siendo igual de precario» añaden.