Emmanuel Macron, ha sido el último político agredido en los últimos años en un evento público. Fue este pasado martes cuando el presidente galo recibió una bofetada en la cara cuando se acercó a saludar a un grupo de personas en los momentos previos a realizar una visita oficial. En ese momento, un individuo le estrechó la mano y, tras gritar consignas de ultraderecha, golpeó a Macron.
El agresor ya ha sido detenido junto a otro individuo que grabó la agresión.
Macron ya fue agredido en 2018
El vídeo ya ha dado la vuelta al mundo y es que esta ha sido la última agresión a un político, algo que cada vez es más frecuente en los últimos años. El mismo Emmanuel Macron recibió el impacto de un huevo durante su visita a una feria agrícola en 2018. Entonces ya aseguro el presidente que esas situaciones son «gajes del oficio».
Otro caso similar fue el de Silvio Berlusconi, entonces primer ministro italiano, cuando en 2009 fue agredido por un hombre que más tarde se confirmó que tenía problemas mentales. Fue en Milán, al término de un mitin en la plaza del Duomo, cuando el Berlusconi recibió el impacto de un objeto contundente que le provocó una gran herida en la cara.
Uno de los momentos más tensos y recordados fue el del expresidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien en 2008 tuvo que esquivar los zapatos que un periodista le había lanzado durante una rueda de prensa. El reportero iraquí lo hizo por la actuación de los soldados estadounidenses en Irak.
El puñetazo a Rajoy en 2015
Las agresiones no han sido sólo físicas, también hay políticos que han recibido tartazos. Esto es lo que le pasó a Sahra Wagenknecht en 2016, portavoz parlamentaria del Die Linke, el partido de izquierdas de Alemania, a quien lanzaron este postre durante un mitin de su partido por su propuesta de limitar la acogida de refugiados en el país.
La española Yolanda Barcina también recibió tres tartazos en 2011 cuando se disponía a tomar posesión en Toulouse de la presidencia de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos.
Pero la agresión más famosa de nuestro país fue en 2015. En diciembre de ese año, el presidente del Gobierno entonces, Mariano Rajoy, recibió un puñetazo cuando daba un paseo electoral por la Plaza de la Peregrina, en el centro de Pontevedra, que le dejaba la cara magullada y le quitaba. El agresor fue un chico de 17 años, en el momento de los hechos, que pasó los dos siguientes en un centro internado.
La de Macron ha sido la última agresión a políticos, pero no la única. En los últimos años la crispación ha aumentado y en ocasiones las diferencias políticas han hecho perder los nervios y las formas.