El calamar gigante se esconde en las profundas y oscuras aguas del océano.
Al igual que los más grandes misterios de la ciencia se encuentran en la infinidad de las alturas de nuestro universo, para el fondo del mar ocurre algo similar. Los animales marinos que se posan en lo más profundo de los océanos son muy difíciles de estudiar. Por lo tanto, hallar a un calamar gigante, mientras caza presas es algo para celebrar. Y además tenerlo grabado en video es un logro impresionante para los investigadores.
Tan logro es, que se trata del primer registro visual en movimiento de un calamar gigante cazando presas, en su hábitat natural. Los bombos y platillos se los llevan investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Un calamar gigante es tan difícil de detectar que las primeras imágenes fotográficas de estos animales se detectaron en el año 2004. Posteriormente, ocho años después, en el 2012, llegó el primer video. Mientras tanto en el 2019 llegó el primer video de mítico animal de los mares cazando. Este material fue publicado recientemente, inusualmente dos años después, ya que expusieron un artículo en el que detallaron varios aspectos del comportamiento de esta criatura.
La captura de video por parte de los científicos de NOAA se hizo en el Golfo de México, de lado de los Estados Unidos. El calamar gigante estaba aproximadamente a 800 metros de profundidad (762). Haber registrado este video demostró que los calamares persiguen y atacan a su víctima. Antes se pensaba que esperaban y emboscaban.
¿Por qué es complicado grabar un calamar?
Grabar un calamar no es cosa fácil. De hecho, quizás por su escuálida información audiovisual, es que hay tantos mitos sobre ellos. Sin embargo, vamos a detallar dos barreras que los científicos tuvieron que superar, para poder capturar las imágenes que comparten en la actualidad.
En primer lugar, los calamares tienen su hábitat en el fondo del mar, a unos 800 metros debajo de la superficie. Por lo tanto, llevar a un buzo a dicha distancia es imposible. La máxima profundidad que podría alcanzar un humano que obviamente sea buzo profesional, serían 128 metros. La presión en el fondo es insoportable para una persona.
De esta manera es que entonces se acude a la tecnología. Los robots sofisticados, con sus luces avanzadas y su ruido, tampoco logran nada con los calamares. De hecho, su presencia los espanta de inmediato. El resultado es un video de un calamar gigante huyendo y eso no es lo que busca la ciencia.
Entonces así nació una plataforma especial con una cámara integrada, a través de un señuelo llamado E-Jelly. Este engaño para el calamar imita la bioluminiscencia que desprende una medusa en peligro.