En los próximos quince años, la España vacía se enfrenta a un desafío aún mayor en su lucha contra la despoblación. Aunque se espera un aumento en el número total de habitantes en el país, este crecimiento se concentrará en las zonas más densamente pobladas, dejando a la España rural cada vez más vacía.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la población española ha superado recientemente los 48 millones de habitantes. Sin embargo, las proyecciones de población indican que comunidades como Baleares, Madrid y Cataluña experimentarán un crecimiento significativo, mientras que regiones como Asturias, Extremadura y Castilla y León sufrirán un descenso en su población, contribuyendo así a la España Vacía.
La inmigración juega un papel clave en estos cambios demográficos. Aunque compensa en cierta medida el envejecimiento de la población y proporciona la fuerza laboral necesaria para el crecimiento económico, esta inmigración tiende a concentrarse en áreas con mayor oferta de empleo. Esto plantea la necesidad de políticas migratorias planificadas que orienten la inmigración hacia las regiones con escasez de población.
Alberto Del Rey, catedrático de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca, destaca la importancia de implementar políticas que fomenten la inmigración en comunidades donde se necesita más población. Además, se requiere una actitud más abierta por parte de las comunidades de acogida y la creación de empleos de calidad en áreas despobladas para atraer y retener a los inmigrantes.
Por otro lado, es importante destacar que el aumento de la población inmigrante no necesariamente implica la necesidad de construir nuevas viviendas. La demanda de vivienda está influenciada por diversos factores, como los cambios en la dinámica de los hogares y el precio de la vivienda. Es fundamental promover la vivienda protegida y buscar soluciones mediante la colaboración público-privada y la adaptación de viviendas existentes a las necesidades actuales.
En resumen, la España vacía enfrenta un futuro desafiante en su lucha contra la despoblación. La implementación de políticas migratorias planificadas, el fomento de empleos de calidad y la búsqueda de soluciones habitacionales adecuadas son algunos de los pasos necesarios para revertir esta tendencia y garantizar un desarrollo equilibrado en todo el territorio nacional.