Al menos seis personas han muerto en dos nuevos terremotos de magnitud 6,4 y 5,8 registrados anoche en la provincia turca de Hatay, según informan este martes varios medios locales.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad ha indicado que otras 294 personas han resultado heridas, 18 de ellas en estado crítico.
El principal temblor se produjo sobre las 17.04 GMT en el distrito de Defne, al sur de la ciudad de Antioquía, en la provincia de Hatay, una de las once que hace dos semanas quedaron devastadas por dos seísmos que han causado la muerte de al menos 41.000 personas y heridas a más de 105.000.
Los trabajos de búsqueda de supervivientes de estos dos nuevos sismos continúan hoy en Defne y en Samadang, donde tuvo su epicentro el segundo temblor, tres minutos después del primero, con una magnitud de 5,8.
Además preocupa la estabilidad de varios embalses de agua en la región, que ya habían sufrido daños estructurales en los temblores del pasado día 6, aunque desde el Gobierno se ha asegurado que, de momento, no hay riesgo de colapso.
Varias réplicas
Los nuevos temblores causaron escenas de pánico y las autoridades locales han pedido el envío urgente de tiendas de campaña, ya que la población no quiere regresar a sus viviendas por temor a nuevos derrumbes de edificios.
El ministro del Interior, Suleyman Soylu, ya advirtió ayer de la posibilidad de que haya más personas atrapadas entre las ruinas de los edificios que han colapsado ahora.
El alcalde de la ciudad de Samandag, Refik Eryilmaz, aseguró también ayer a la emisora NTV que varios edificios habían colapsado y que no se sabe si había gente en su interior.
Según el regidor, es posible que algunos vecinos se hubieran refugiado del intenso frío en los restos de las construcciones dañadas en los terremotos de hace dos semanas, y reclamó desesperadamente el envío de tiendas de campaña para alojar a la población.
Desde el sismo del pasado día 6, ninguno de los edificios en Antioquía es aún habitable, pero hay equipos de trabajo de desescombro que pueden haber quedado atrapados por algún desplome.
Además, muchos supervivientes tienen el hábito de reunirse alrededor de fogatas ante los edificios derrumbados para ayudar en la identificación de cadáveres, y pueden estar en riesgo si se desploma algún inmueble vecino que aún quede en pie.
AFAD, la agencia de gestión de emergencias de Turquía, señaló ayer que se han producido varias réplicas de magnitud 4.