En las horas finales de su mandato, Pedro Castillo buscó la protección de Andrés Manuel López Obrador. El presidente mexicano ha confirmado que Castillo intentó en vano llegar a la Embajada de su país en Perú para pedir asilo político después de haber sido destituido por el Congreso.
López Obrador detalló en su habital encuentro con la prensa, que Castillo había llamado a su oficina. Acto seguido, pidió al Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, que ordenara abrir las puertas de la Embajada al ahora expresidente y a su familia.
«Busqué a Marcelo Ebrard y le informé y le dije que hablara con el embajador y que se abriera la puerta de la Embajada, con apego a nuestra tradición de asilo, pero al poco tiempo tomaron la embajada», dijo López Obrador, que se aventuró a conjeturar que posiblemente la Policía había interceptado el teléfono al mandatario de camino hacia la sede diplomática.
«Lo lamento mucho por el pueblo de Perú, porque es mucha inestabilidad, 5 presidentes en 6 años», agregó.
Pedro Castillo fue detenido el miércoles tras anunciar la disolución del Legislativo y la creación de un Gobierno de excepción. Se encuentra ahora en prisión mientras la Justicia lo investiga por rebelión y otros delitos.
Este último capítulo de la crisis política en Perú ha sido seguido con cautela por los mandatarios de la región. Solo López Obrador ha ofrecido públicamente asilo al expresidente. En Colombia, el presidente Gustavo Petro pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares de protección para el proceso judicial de Castillo.