El Gobierno estará este jueves de enhorabuena por el dato del IPC adelantado correspondiente al mes de septiembre y que estaría en el entorno del 9%, 1,5 puntos porcentuales menos que en agosto. El Instituto Nacional de Estadística, cuya nueva presidenta, Elena Manzanera, no lleva ni dos meses al frente de la institución –después de que el Gobierno mostrara su descontento con el desempeño del anterior presidente Juan Manuel Rodríguez Poo, ya que sus estadísticas llevaban constantemente la contraria al mensaje triunfalista del Ejecutivo-.
Pero después de corregir al alza el crecimiento en el tercer trimestre, el INE ofrece un índice de precios al consumo (IPC) notablemente más bajo de lo que registraba en agosto, cuando alcanzaba el 10,5%. Según el INE en septiembre los precios se aceleraron nada menos que un 9%, dato 1,5% inferior al mes anterior. Dice el INE que estos datos son posibles por la evolución de los precios de la factura de la luz, algo más moderados que en otros momentos del año, o de los combustibles, igualmente más moderados que en otros momentos del año. Esto contrasta con la evolución de estas variables en septiembre del año pasado, que empezaban a mostrar una importante espiral alcista. El hecho de que en septiembre del año pasado esas variables estuvieran en plena subida y ahora estén en un momento de moderación o ligera corrección, acentúan la moderación del indicador que, igualmente, sigue siendo altísimo.
Lo único que se refleja es un efecto evidente y esperado: que la fuerte y rápida subida de precios que arrancó durante el verano pasado (mucho antes de que nadie pensara en que pudiera haber una invasión rusa de Ucrania), obra el espejismo estadístico de moderación de precios, actual.
Si en lugar de comparar la inflación con el mes de septiembre de 2021 lo hiciéramos con el mes de agosto, la inflación estaría en el 9,5%. Si lo comparamos con el mes de julio de 2021, seguiríamos con una inflación de dos dígitos.
La inflación subyacente, campeona de Europa
El indicador que confirma esto es el de la inflación subyacente, a la que también afecta el efecto estadístico de la comparación con el año pasado, pero menos, ya que para su elaboración se excluyen las variables que han sufrido una volatilidad mayor: los productos energéticos y los alimentos no elaborados. Así, la inflación subyacente alcanza en septiembre el 6,2% frente al 6,4% del mes de septiembre de 2021. Si lo comparamos con el mes de agosto de 2021, para tratar de abstraernos de ese efecto estadístico, la subyacente estaría en el 6,5%.
Los precios siguen disparados
Estos datos lo único que avanzan es que los precios siguen estando en niveles insoportables para la economía y certifican que por mucho que se moderen los consumos energéticos, éstos no evitan que la inflación siga disparada. Y marcando máximos en Europa.
Con datos de agosto, hay que irse a Colombia (10,8%) para encontrar un país con una inflación mayor que España. Chile, Chequia, Georgia o Angola tienen peor desempeño que España.
Si observamos la evolución de la inflación subyacente en toda la serie histórica podemos comprobar, con algo de perspectiva, la gravedad del momento que vivimos.