Aragonés ha propuesto al Estado negociar un «acuerdo de claridad» para pactar un referéndum de autodeterminación

pere aragones
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El presidente de Cataluña, Pere Aragonès, ha propuesto al Estado negociar un «acuerdo de claridad» para pactar un referéndum de autodeterminación, siguiendo la llamada vía canadiense para la que, antes, tratará de sumar alianzas en Cataluña con actores políticos, sociales, económicos y sindicales.

Así lo ha anunciado durante su discurso en el debate de política general que ha arrancado en el Parlamento catalán, cuando ha desgranado su plan para la «resolución del conflicto político», con una propuesta «dirigida al conjunto del país y con vocación de representar a una amplísima mayoría de la ciudadanía».

La hoja de ruta de Aragonès, que según han explicado fuentes del Govern ya ha sido trasladada a JxCat y la CUP, pasa por una propuesta «inclusiva», «escrupulosamente democrática» y «homologable a nivel internacional», aludiendo así a los referéndums de independencia pactados entre Canadá y Quebec o entre Reino Unido y Escocia.

Siguiendo precisamente la vía canadiense, el presidente catalán ha propuesto al Estado un «Acuerdo de Claridad», que «identifique cuándo y cómo Cataluña puede volver a ejercer el derecho a decidir», sumando «el máximo apoyo y la máxima complicidad de la sociedad catalana».

Partiendo de los «aprendizajes» del referéndum ilegal en 2017, el objetivo es implicar al máximo de actores en esa propuesta, que «todo el mundo reconozca el resultado» del referéndum y que se «puedan tejer las complicidades internacionales». «Solo la legitimidad de un referéndum acordado puede sustituir al 1 de octubre», ha dicho, a días del quinto aniversario de aquel referendo.

A juicio de Aragonès, el precedente de las consultas populares de independencia de hace una década, la consulta del 9 de noviembre de 2014 y el referéndum del 1-O demuestran la «mayoría muy plural» de un «82% de catalanes» a favor de un referéndum.

En 2019, dos años después del 1-O, el entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, propuso también un «pacto de claridad» inspirado en el de Canadá y Quebec, una idea que se mostraron abiertos a estudiar los comunes, mientras que los sectores más unilateralistas del independentismo marcaron distancias.

Según han explicado fuentes de Presidencia de la Generalitat, la propuesta de Aragonès se ejecutará en dos fases: la primera de ella, a nivel interno en Cataluña, para recoger apoyos y tejer consensos con partidos y actores políticos, sociales, civiles, económicos y sindicales, además de empezar a explorar apoyos internacionales.

Y una vez se haya construido ese primer acuerdo y sus bases, que podrían plasmarse en un documento final, se iniciarán las conversaciones con el Estado, una segunda fase que, según avisan esas fuentes, «no será inmediata».