De esta famosa tortilla, que me atrevería a decir es prima hermana de las filloas gallegas, tenemos infinidad de variantes y recetas en función del líquido o la harina que utilizamos. Aunque la receta básica se hace con leche, huevos, harina de trigo y sal, le podemos añadir azúcar, mantequilla y diferentes especias a la masa, para rellenar como para simplemente para comer solas. Personalmente para rellenar prefiero hacer una crepe básica, como la que comparto a continuación, que luego nos servirá para todo tipo de rellenos.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de reposo:3 horas
- Tiempo de cocción: 30 minutos
- Tiempo total: 4 horas
- Raciones: 6 (12 unidades)
- Categoría: plato principal
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías: 130 Kcal por unidad
Ingredientes de los crepes para 4 personas
- 3 huevos
- 150 g de harina de trigo candeal (u otra harina de fuerza media)
- 50 g de harina de trigo sarranceno
- 350 ml de leche (o suero de leche)
- 2,5 ml de sal
- Aceite o mantequilla para engrasar la sartén o crepera
Cómo hacer los crepes
Primero y como siempre en nuestras recetas pesamos y medimos todos los ingredientes para tenerlos listos.
Tamizamos las harinas juntas en un bol y añadimos la leche, los huevos batidos y la sal.
Yo tenía suero de leche y lo he mezclado, usando 200 ml de leche y 150 de suero, pero es algo optativo. Podemos también hacerlas sólo con agua o mezclarla con la leche para que salgan más ligeras. Lo importante es respetar las cantidades, aunque las diferentes harinas absorben diferente cantidad de líquido y puede que tengáis que ajustarlo. Mi consejo es que uséis estas cantidades y que añadáis más líquido si fuera necesario a la hora de hacerlas.
Batimos bien con unas varillas hasta que no queden grumos y guardamos la mezcla en la nevera unas horas para que la harina se hidrate mejor y nos queden más ligeras, y serán también mucho más fáciles de hacer. Podríamos decir que es una especie de autolisis, como cuando hacemos el pan.
Pasado el tiempo de reposo, sacamos la masa o amohado de la nevera y ponemos nuestra crepera al fuego. Si no tenemos crepera, podemos utilizar perfectamente una sartén, pero es importante que no se pegue. La vamos calentando a fuego medio y mientras preparamos un recipiente con un poco de mantequilla o aceite con un pincel que usaremos para engrasar la crepera. Tendremos también un paño estirado para colocar las crepes una vez las tengamos listas y que se vayan enfriando un poco. Con esto evitaremos que se peguen unas a otras cuando las apilemos.
Cuando la crepera está caliente, hacemos la primera crepe, que suele ser de tanteo, para ajustar tanto su temperatura como la textura del amohado. Yo he utilizado una crepera de 24 cm de diámetro y para ella echo 50 ml de pasta. Desde luego no lo voy midiendo en cada una, pero para que tengáis una orientación de la cantidad a echar en la sartén. Tanto el espesor de nuestra masa de creps, como la cantidad que echemos en la sartén, nos determinarán el grosor, por lo que tendréis que irlas ajustando a vuestros gustos o necesidades.
Pincelamos con mantequilla o aceite la sartén y echamos la pasta.
Rápidamente y antes de que cuaje, lo extendemos ayudándonos de un rastrillo para crepes, o simplemente moviendo la crepera en movimientos rápidos y circulares para que se vaya extendiendo por toda la superficie.
Lo dejamos un minuto y medio, más o menos, y con una espátula de madera levantamos un borde y si se despega le damos la vuelta y lo dejamos otro minuto por el otro lado. Cuando está dorada la sacamos para el paño que tendremos preparado al lado.
Si vemos que al echar la pasta cuaja muy pronto, impidiendo extenderlo, es que está muy alta la temperatura de la cocina (yo las hice en vitro-cerámica con la temperatura al 5), y si por el contrario resbala y no cuaja, es que está muy baja, así que tendréis que irla ajustando. Los tiempos son también orientativos, pero una vez que estén doraditas por ambos lados, estarán listas. Tenemos que tantear también el espesor de la masa, si vemos que nos quedan demasiado compactas podemos añadir un poco más de líquido, pero ojo, muy poquita cantidad.
Y cuando tenemos todo ajustado seguimos haciendo las crepes hasta tenerlas listas. Aunque parece que son muchos los factores a tener en cuenta, os garantizo que a la segunda está todo controlado. Según se vayan enfriando un poco podremos apilarlas en un plato, si no hay alguien cerca que las esté robando para comerlas calentitas con miel o chocolate. Con estas cantidades me han salido 12 crepes.
Nosotros las hemos acompañado con queso fresco y frutos rojos para unos y simplemente chocolate para otros, y ha sido una merienda especial, que algunos días hay que darse un capricho.
Resumen fácil de preparación
- Pesamos y medimos los ingredientes y tamizamos ambas harinas juntas
- Añadimos la leche (o el suero de leche), la sal y los huevos batidos
- Con unas varillas mezclamos hasta integrar y que no queden grumos
- Y la dejamos reposar tapada en la nevera un mínimo de tres horas
- Quitamos la masa de la nevera para que se vaya atemperando y ponemos una crepera o sartén al fuego
- Cuando está lista la crepera, pincelamos con un poco de AOVE o mantequilla y le echamos 50 ml de masa y la extendemos
- Dejamos 1,5 minutos que se haga por un lado y le damos la vuelta
- La dejamos otro minuto por el otro lado y la quitamos para un paño limpio
- La rellenamos al gusto y a disfrutar