A punto de cumplirse medio siglo desde la última vez que un hombre pisó la Luna, la NASA tiene previsto lanzar este lunes Artemis I, el primer paso de un proyecto que pretende consumar un nuevo alunizaje en 2025 como trampolín para un eventual viaje a Marte.
Si el tiempo lo permite, la misión despegará a las 14:33 hora peninsular española desde el Centro Especial Kennedy situado en Florida (EEUU). Se trata de un primer ensayo general que durará 42 días, en los que la nave espacial Orion hará un viaje de ida y vuelta a la Luna con tres maniquíes a bordo.
En 2024, Artemis II repetirá un periplo similar con cuatro astronautas y, si todo continúa según lo previsto, en 2025, Artemis III se posará finalmente sobre el satélite para cumplir otro de los objetivos confesos de la NASA: que «la primera mujer y la primera persona no blanca» caminen por la Luna.
El lanzamiento de Artemis I se podrá seguir en vivo y en directo a través del canal de Youtube de la NASA, así como por su página web y sus perfiles de redes sociales. La ceremonia contará con la presencia de la vicepresidente de EEUU, Kamala Harris, además de celebridades como los actores Jack Black y Chris Evans, entre otros.
El cohete más potente
Durante las seis semanas que durará esta primera misión, la NASA busca poner a prueba el cohete más potente jamás construido, formado por el vehículo de lanzamiento, el llamado SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial), y la nave Orion. Según el español Carlos García Galán, jefe de la Oficina de Integración del Módulo de Servicio Europeo de la mencionada nave, el conjunto alcanza los 98 metros de altura y cuenta con un 15 % más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo. Además, la nave Orion cuenta con capacidad para hasta cuatro tripulantes, es decir, uno más que la Apolo, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.
Dos horas después del lanzamiento, y tras separarse del cohete SLS, Orión continuará por su cuenta un trayecto que en total cubrirá unos 2,1 millones de kilómetros. Volará cerca de la Luna, a unas 62 millas (casi 100 km.) de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a situarse a más de 61.000 kilómetros del satélite terrestre, es decir hasta donde no ha llegado ninguna otra cápsula para tripulación.
A su regreso, sobre el 10 de octubre, a Orión le espera otra dura prueba, como es descender con éxito frente a las costas de San Diego, en California (EEUU), con apoyo de once paracaídas y en el que deberá aminorar de forma vertiginosa los 40.000 km/h de velocidad con la que alcanzará la atmósfera de la Tierra, un momento en que soportará hasta 2.760 grados centígrados de temperatura.
Saldar una deuda con la diversidad
A lo largo de la historia, doce hombres blancos han caminado sobre la superficie lunar. El primero en hacerlo, el 21 de julio de 1969, fue Neil Amstrong. El día previo al lanzamiento de la misión Apolo 11, cientos de activistas protestaron a las puertas del Centro Espacial Kennedy. En cabeza iba el reverendo Ralph Abernathy, sucesor del asesinado Martin Luther King al frente del movimiento por los derechos civiles de las personas negras, para el que no tenía sentido gastar tanto dinero en ir a la Luna cuando la quinta parte de la población estadounidense vivía en la pobreza.
El último hombre en pisar la luna, el 13 de diciembre de 1972, fue el astronauta Gene Cernan. Con el Programa Artemis, la NASA quiere saldar ahora una deuda con la diversidad. Así, la agencia espacial estadounidense repite una y otra vez que esta nueva misión permitirá que «la primera mujer y la primera persona no blanca» paseen por la Luna.