Un tatuador de 47 años ha sido detenido en Ibiza por un supuesto delito de agresión sexual. El hombre, según ha avanzado la Guardia Civil, realizaba tocamientos a sus clientas en el local en el que ejercía su profesión.
La detención, que tuvo lugar el pasado 11 de agosto, se produjo gracias a la denuncia de una de las víctimas, de nacionalidad británica. Tras haber estado de vacaciones en la isla y llegar a su lugar de residencia, la mujer se personó en una comisaría y dio conocimiento de los hechos a las autoridades policiales de Escocia: había sufrido tocamientos por parte de este hombre. Esto hizo que desde Escocia se remitiese la denuncia a la benemérita, quién inició una investigación encabezada por la Unidad de Investigación de delitos sexuales de Ibiza.
Fuentes oficiales confirman que los investigadores de la Guardia Civil, tras tener conocimiento de los hechos, corroboraron los antecedentes policiales del detenido por hechos similares relacionados con abusos sexuales.
Los delitos se habrían producido en la localidad de San Josep de Sa Talaia, donde el tatuador ofrecía sus servicios. En ese momento, aprovechaba y tocaba sin consentimiento a las mujeres, algo que ha provocado su ingreso en prisión provisional sin fianza. Así lo ha decretado el Juzgado de Instrucción nº1 de Ibiza en funciones.
En Figueres, un acusado de abusos sexuales a 4 menores ha quedado en libertad con cargos
En Figueres, Girona, un hombre de 24 años detenido el pasado 21 de julio tras ser acusado de abusos sexuales a 4 menores de edad ha sido puesto en libertad. El acusado ya había sido encarcelado en otras 3 ocasiones por estos casos, aunque ahora ha sido puesto en libertad hasta la celebración del juicio en la Audiencia Provincial de Girona.
Se encontraba en prisión provisional por estos delitos, aunque el pasado 8 de octubre quedó en libertad debido a que la víctima de la última denuncia, también menor de edad, no había declarado entonces ante el juez de instrucción.
Las víctimas que hasta ahora se le atribuyen, que tienen entre 12 y 13 años, eran engañadas por el acusado a través de redes sociales. Contactaba primero con ellas para ganarse la confianza y finalmente procedía a cometer los abusos.
Los hechos habrían ocurrido en dos municipios diferentes: Figueres y Roses, ambos de Girona.