acoge un nuevo capítulo que pasará a los anales del deporte mundial.
Los rumores sobre su retirada emponzoñaron la previa de la final, RMC y otros medios franceses ya retiraban a Nadal, como se ha hecho durante muchos años, Rafa no se merecía esto después de tanto. A más de uno se la atragantó el café por la mañana ante una noticia de tal calibre, todos esperaban ansiosos la final pero el corazón les dio un vuelco, tuvo que salir a desmentirlo el mánager de Rafa, Benito Pérez-Barbadillo, en su cuenta de Twitter. España respiró. No estábamos preparados. Los que querían hundirle no pudieron, nunca podrán.
Un inicio dominador
El ya 14 veces campeón en Roland Garros salió sin miramientos, sin dudas, sin miedos, rompió a las primeras de cambio y pese a no mostrar un gran acierto en sus golpes supo meter la bolas en los momentos clave y comenzó a minar la moral de Ruud, el balear hizo dos breaks, perdió uno y terminó con tres saquetazos la primera manga de la final.
Un pequeño bajón de Rafa metió en el partido al nórdico, que se puso 1-3 en el segundo set. Eso sí, le duro poco, muy poco, el español activó el modo ‘Bestia’ y le endosó 5 juegos seguidos, aumentó su nivel y sacó de la pista a su rival, que ya tenía por delante algo completamente imposible, remontar a Nadal en tierra dos sets, ni el Real Madrid podría hacerlo.
Un paseo, una exhibición de tenis y de historia, eso hizo Rafa en el tercer set, quien sabe si el último de su carrera, en blanco se llevó la última manga de la final para explicar lo que es este monstruo de la tierra y del tenis.