era ella la que tiraba de mi«. Energía, vitalidad y una gran sonrisa, es lo que nos encontramos al conocer a esta vecina de Viveiro que lleva, asegura, toda la vida caminando. «Yo soy de la aldea, si quería ir a casa de mis abuelos tenía que caminar, antes no había coches».
La primera etapa del Camino Primitivo a Santiago que han realizado este sábado tiene unos 19 quilómetros, y han tardado unas 4 horas en completarla. Al llegar, un poco de queso, aguacate, algo de pan y una cerveza sin alcohol. «A la comida sí que bebo vino pero alcohol poco».
El secreto nos dice está en no dejar de andar nunca, ella lo hace a diario. «Ahora menos, antes andaba 12 quilómetros o así, ahora menos, unos 6 o 7 al día». Lo que haga falta para mantenerse ágil e independiente. Vive sola y se siente bien, «hay que poner de nuestra parte para mantenernos».
Y por si su caso no fuera ya suficientemente emotivo, a su lado en el Camino encontramos a Sara, la pequeña del grupo. A sus cinco meses está haciendo su primera peregrinación. «Durmió un poquito, un poco porteando y un poco en el carrito, con ayuda de todo el grupo lo hicimos muy bien», nos dice su madre.
La expedición está formada por más de 200 personas de distintas parroquias de Lugo, una idea que surgió de dos sacerdotes que no se esperaban encontrar a dos participantes tan singulares. Don Nicolás es uno de ellos, ha su llegada al final de la etapa en San Román da Retorta, en Guntín, incluso le ha dado el biberón a la benjamina: «La idea era hacer el Camino en familia, y nos hemos encontrado con la mejor representación de todos los miembros de la familia, con la pequeña Sara y con Lolita que es precioso verla completar la ruta».
Nos despedimos de ellas y las dejamos disfrutado de la satisfacción de la llegada. Aún quedan 5 etapas para entrar en el Obradoiro pero si esta es la emoción de la primera, nos hacemos una idea de lo que será la de la última.