Bugallido, Ortoño y Biduído, pertenecientes a la comarca de Compostela, formaron un cortejo fúnebre para manifestarse ante la situación de difícil movilidad: desde hace un año les suprimieron la línea de autobuses que los unía con la capital gallega.
Recorrieron las calles de Bugadillo con velas, una foto del autobús con un crespón negro y una corona de flores en la que se podía leer «tus usuarios no te olvidan». Los vecinos, con mucho humor, comentaban «que la muerte le llegó de repente. Falleció en plena pandemia pero no a causa de ella».
Las parroquias afectadas por la supresión de la línea P2 son las más pobladas del ayuntamiento de Ames -Ortoño tiene 11.636 habitantes, Biduído cuenta con 15.023 y Bugadillo 1.607 vecinos-. «Por ejemplo, yo soy estudiante. Antes iba a la universidad en autobús. Ahora tengo que estar pendiente de que me lleven. Y así hay un montón de casos» comenta Pablo Souto, vecino de la localidad y asistente al acto.
Con todo, indican que ni el alto porcentaje de afectados, ni el tiempo transcurrido y ni las mínimas medidas llevadas a cabo para paliar el problema fueron suficientes. Incluso se llegó a poner sobre la mesa un convenio entre los ayuntamientos de Ames y de Santiago para «resucitar» la línea, pero la firma de dicho documento nunca llegó. Por ello piden la reposición de la línea de autobuses que les arrebataron o una alternativa que les facilite la comunicación en transporte público. Aun así, no les falta humor y dicen que «solo nos queda echar mano de nuestra fe y rezar por la resurrección del P2».