Martina Rossi, que se encontraba de vacaciones en Palma de Mallorca, moría al «caer» de un balcón del hotel donde se hospedaba con sus amigos. «Caer» porque finalmente se ha descubierto la verdad: no fue un accidente, tampoco un suicidio. Trataba de escapar de dos hombres que querían atacarla sexualmente.
Al fin, su familia puede descansar esta noche. Se hace justicia con su hija. El Tribunal de Casación ha puesto fin a este caso y Alessandro Albertoni y Luca Vanneschi, los culpables del delito, han sido condenados a tres años de prisión.
«No debe haber más gente que pueda permitirse hacer daño a una mujer y salirse con la suya. Ahora puedo decirle a Martina que su padre está triste porque ya no está aquí, pero también satisfecho porque nuestro país (Italia) ha conseguido hacer justicia«, ha expresado el abogado de su familia, Luca Fanfani.
España archivó el caso
Martina murió como resultado de un intento de violación. Así se ha manifestado en el juicio que pone punto y final a la triste historia. Fanfani señala que ahora «España debe disculparse» por, en su momento, haber archivado la causa «tres horas después» de lo que pensaron que había sido un accidente.
La Justicia se ha pronunciado justo antes de que prescribiera el delito. Para la fiscalía, no había dudas: la sentencia era justa y debía ser definitiva. La fiscal a cargo del caso, asegura que la joven no se suicidó, como se creyó en un principio, y como pretendía demostrar la defensa. Lo que ocurrió aquel verano de 2011 en Palma de Mallorca fue muy diferente.
Martiana trataba de escapar de sus agresores
Martina huía. Cuando encontraron el cuerpo de la joven, no tenía pantalones. Tampoco se encontraron en la escena del crimen. Las lesiones que presentaba el cadáver, no eran compatibles únicamente con la caída. Segunda pista. Más tarde, cuando se interrogó por primera vez a uno de los acusados, se observaron arañazos en su brazo.
Algo no cuadraba en todo aquello, y la familia de Martina no iba a parar hasta conseguir demostrar que lo que en realidad había ocurrido es que su hija había trepó esa noche, como pudo, por la balaustrada de la terraza de la habitación, con tan mala suerte que terminó cayéndose. Escapaba de un ataque de violencia sexual grupal.
Según el juez, la reconstrucción del Tribunal de Apelación de Florencia, es correcta. Había dos hombres en la habitación, lo que «afectó negativamente» a la reacción de Martina, «que se sintió tanto más sometida e incapaz de defenderse», por lo que eligió una vía de escape «más difícil», que la puso en peligro.