fueron las estrellas de las pasarelas en la década de los 90. Su fama era tal que la propia Linda Evangelista aseguró que no se levantaban de la cama por menos de 10.000 dólares.
En el año 2017, la diseñadora Donatella Versace invitó a las modelos más icónicas de los años noventa a presentar su nueva colección. A la cita asistieron todas menos Linda Evangelista. La modelo estaba desaparecida desde el año 2015. Fue hace una semana cuando reapareció y contó a sus seguidores que un procedimiento cosmético realizado hace unos años para bajar la grasa que le había ocasionado un raro efecto secundario que la desfiguró.
La supermodelo se sometió a siete tratamientos y así destruir las células adiposas de abdomen, espalda, muslos, flancos y quijada. Meses después, desarrolló hiperplasia adiposa paradójica. Esta enfermedad ocasiona la formación de masas firmes y abultadas en la zona tratada.
La hiperplasia adiposa paradójica es un efecto adverso raro de la criolipólisis en la que se desarrolla un área endurecida de grasa localizada después del tratamiento, dejando un bulto que requiere también de tratamiento para eliminarlo porque no desaparece por sí solo.
«A todos mis seguidores, que se han preguntado por qué no he trabajado mientras que las carreras de mis colegas han ido en ascenso, la razón es que estaba brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo contrario de lo prometido. Aumentó, que no disminuyó, mis células de grasa y me deformó de forma permanente, incluso después de pasar por dos cirugías correctoras muy dolorosas sin éxito», explicó Evangelista en un post en Instagram.
La medicina estética está a la orden del día. El SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) revela que un 40% de la población española mayor de 26 años se ha realizado algún tipo de intervención. Las infiltraciones de rellenos dérmicos y bótox son los tratamientos más destacados.