Realmente podemos sentirnos afortunados de haber podido mantener nuestra actividad y trabajar a lo largo de toda esta temporada porque ha sido algo realmente excepcional dentro del panorama operístico», explica Álvaro Vega, oboísta.
Por ejemplo, integrantes de la orquesta del Metropolitan o la de San Francisco han tenido que irse a sus casas o han tenido que vender sus casas porque Nueva York es un sitio muy caro y estar viviendo allí no se hace factible sin tener nada de sueldo.
Por ello, 2020 y 2021 van a ser dos años que los músicos profesionales no van a olvidar fácilmente. Según una encuesta, 3 de cada 4 músicos no han tenido ningún concierto en los 6 primeros meses del año. La relajación de las medidas y, sobre todo, la eficacia de las vacunas, están haciendo que las salas de conciertos y los festivales retomen la actividad poco a poco».
Olivier, en su primer concierto en año y medio, recuerda que su puesto de profesor de conservatorio ha compensado la falta de recitales: «Pues tener alumnos siempre ayuda, pero muchos compañeros no tienen nada, para ellos sólo tienen los conciertos, la situación ha sido catastrófica para algunos».
Un ejemplo es la bailarina Sara Calero, quien se queja de haber estado desamparados durante este tiempo: «Hay pocos artistas que podemos arriesgarnos a ser autónomos».