Ecologistas en Acción presenta el nuevo informe de Banderas Negras 2021 con el que se pretende denunciar los problemas «más relevantes a lo largo de casi 8.000 kilómetros de litoral», asegura el informe.
Respecto al número de banderas negras, se da una por mala gestión ambiental y otra por contaminación por provincia. En total, se han dado 48 banderas negras, dos a cada provincia litoral y a cada ciudad autónoma, según el informe.
Se repite la bandera para la contaminación industrial en la ría de Huelva o en Pontevedra por ENCE, también para el Mar Menor en Murcia, o la situación de la EDAR de la playa de El Carmen en Barbate (Cádiz), entre otras. Y Ecologistas En Acción aseguran que muchas de estas situaciones siguen sin solución, incluso, afirman que en algunos casos la situación se ha agravado.
Como ejemplos de mala praxis ambiental en la costa española destacan los vertidos de agua residuales en Almería en espacios marinos protegidos de la Red Natura 2000 y las aguas fecales en Burela por la ampliación del espigón de Foz (Lugo).
Ante esta situación, Ecologistas en Acción han instado a todas las administraciones públicas a tomar medidas urgentes para revertir la situación: «Está en sus manos, es una cuestión de que se lo tomen en serio», ha concluido Megía.
Banderas Negras 2021
En el siguiente mapa interactivo puede consultar en qué zonas se ha dado la bandera negra por contaminación o mala gestión.
Causas de los problemas
A lo largo de este informe, se ha tratado de determinar las causas: el mayor problema del litoral son los vertidos de aguas residuales y su mala depuración, problema que ha supuesto el 31% de los casos denunciados, con un total de 15 Banderas Negras asignadas.
Clara Megías, coordinadora del informe, asegura que el mayor problema del litoral español en los últimos años se mantiene en los vertidos de aguas residuales y su mala depuración, las actividades industriales y los puertos y cruceros que, según ha explicado, aglutinan el 75% de las denuncias por mal estado de las costas.
El informe también afirma que tras años de estar ausente, «se ha observado cómo vuelve a resurgir la amenaza de impactos por las instalaciones de acuicultura«.