La prueba piloto que tuvo lugar en el Palau San Jordi hace un mes ha demostrado que los conciertos masivos pueden ser seguros si se toman las medidas que se implementaron en el que ofreció Love of Lesbian ante 5.000 personas.
La prueba piloto que tuvo lugar en el Palau San Jordi hace un mes ha demostrado que los conciertos masivos pueden ser seguros si se toman las medidas que se implementaron en el que ofreció Love of Lesbian ante 5.000 personas, según los resultados del estudio que se han hecho públicos este martes.
Los doctores de la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, Boris Revollo, Josep Maria Llibre y Bonaventura Clotet, han informado de que, entre los 4.592 asistentes al concierto que otorgaron el consentimiento para permitir el análisis de los diagnósticos por covid, se han diagnosticado 6 personas positivas, cuatro de las cuales no se contagiaron en el evento, mientras que las otras dos no se sabe dónde se infectaron.
Según los investigadores, la incidencia acumulada entre los asistentes al espectáculo «no sugiere ningún impacto en la transmisión de la covid durante el concierto».
Así pues, los organizadores de «Festivals per la Cultura Segura» han calificado de «éxito» la iniciativa y han afirmado que «empieza a haber luz al final del túnel», según el director del Festival Cruïlla, Jordi Herreruela.
Tras analizar los datos, en colaboración con el servicio de Vigilancia Epidemiológica del departamento de Salud de la Generalitat, los responsables del estudio han concluido que los casos positivos detectados entre los asistentes al concierto suponen una incidencia acumulada de 130’7 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la incidencia acumulada de la población de la ciudad de Barcelona en el mismo grupo de edad fue de 259’5 casos por 100.000 habitantes.
«Se puede decir que el día del concierto fue más seguro estar dentro del Palau Sant Jordi que fuera de él», en otros lugares de la ciudad de Barcelona, ha sentenciado Josep Maria Llibre.
En el concierto de Love of Lesbian del pasado 27 de marzo, todos los asistentes se sometieron a la prueba de antígenos el mismo día del evento y sólo entraron aquellas personas que dieron negativo, con mascarilla y sectorizados, pero sin necesidad de mantener las distancias de seguridad.
Los resultados hechos públicos hoy han demostrado que el concierto «no fue un evento de supertransmisión», como lo podía haber sido si no se hubieran tomado las medidas adoptadas, sino «una actividad segura», según ha remarcado Llibre.
En este sentido, el director del festival Cruïlla ha asegurado que «habrá conciertos este verano, con medidas de seguridad y tutelaje de profesionales médicos».
«De todas maneras -ha matizado- seguimos estando en el camino. El primer paso fue la prueba piloto de la sala Apolo, el segundo el concierto del Sant Jordi y ahora hay que trabajar para tener una metodología adecuada, simple y asequible económicamente».
A este respecto, la consellera de Cultura, Àngels Ponsa, ha señalado que «la comisión de Cultura y Salud está trabajando para que los conciertos sean una realidad este verano, pero todavía falta regular situaciones concretas y abaratar costes».
No obstante, según Llibre, «a partir de ahora las cosas se irán acelerando, porque los resultados del Sant Jordi son sólidos. Además, en otros países se ha empezado a trabajar en la misma línea, como Gran Bretaña, que ha anunciado cinco pruebas piloto en conciertos y otras actividades, que permitirán ir afinando las medidas a tomar en cada caso concreto».
«El público que asistió al concierto del Palau Sant Jordi podrá decir que estuvo en el histórico concierto que abrió la cultura segura», ha sentenciado Josep Maria Llibre.
«La desescalada es posible y combinar seguridad con actividad económica va a ser realidad», ha concluido el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni.